Para quienes trajinamos muy de cerca con JOSE SANTOS CUBAS, los efectos del impacto por su brusca partida, aún no pasan, motivan profundas reflexiones; pero en este caso, hay algo más que embarga nuestras cavilaciones.
José Santos, había dejado, casi un mes de envíar sus despachos a este Semanario, cuando de pronto, en la mañana del día 5 de noviembre, al abrir nuestro correo, veo su «señal», la abro y era un despacho fuera de lo común, nunca lo había hecho, durante el tiempo de sus vínculos periodísticos con este Semanario. Como quiera que tales plegarias, o cadenas, suelen llegar permanentemente, la pasamos al archivo; pero en la madrugada del día siguiente, la noticia de su muerte nos estremeció, volví a repasar su «envío» y me sorprendió mucho más aún.
Aquí trasladamos lo pertinente, para que Ud. amigo lector saque sus conclusiones:
«Golpeé las puertas del cielo esta mañana y Dios me preguntó: Mi hijo ¿Qué es lo que puedo hacer por tí? y yo ledije: Padre, por favor protege y bendice a la persona que está leyendo este mensaje»...(luego transcribe todo el PADRE NUESTRO...y continúa). Dios quiso que te dijera: te irá muy este año. No importa cuánto traten tus enemigos, éllos, no van a tener éxito. Tú has sido destinado para triunfar y con toda seguridad vas a alcanzar tus metas. Con relación al año 2010, todas tus penas y agonías se acabarán y prosperidad y victoria vendrán en abundancia. Hoy día Dios ha confirmado el fin de tus sufrimientos, penas y dolor; por que El, que se sienta en el trono se ha acordado de tí. El ha sacado de tu vida todos los momentos difíciles y te ha dado alegría. El nunca se olvidará de tí...Dios ha visto tus luchas y dice que están llegando a su fin...una bendición está viniendo en tu dirección...No lo ignores, estás siendo probado...Dentro de 4 minutos te darán una noticia...».
Así escribió José Santos y envió esta nota a varios de sus contactos, cuando le faltaban menos de 24 horas para su partida sin retorno. Un mensaje que invita a la reflexión profunda para quienes aún continuamos en el batallar de este mundo.
En círculos familiares se conoció que recientemente tuvo una especie de «anuncio» con una dolencia cardíaca, pero como todo mortal común, a su edad, no le habría dado la debida importancia, además había subido de peso, más allá de lo admisible, lo que se diga o lo que sea, pretextos quiere la muerte, lo cierto es que nunca más estará con nosotros. Demás está decir que en los lugares donde anduvo y donde estuvo, no necesitó ser presentado, su carisma y animosidad desbordan tes, le permitieron congraciarse rápidamente y ganarse la amistad de todos.
Así lo estarán recordando en La Coipa y todos los lugares donde recorrió, fiel, leal y consecuente con quien fuera su jefe y amigo el Dr. Samuel Sánchez Rivera, uno más de los que lamenta profundamente su repentina partida.
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