Semanario ¡Nor Oriente!. Los únicos de la Región. ¨Por la Verdad, con la Verdad, hasta la Eternidad¨

martes, 16 de noviembre de 2010

¿Y dicen que el analfabetismo disminuye?

Desde estas páginas siempre hemos discrepado y lo seguiremos haciendo, con quienes, siguiendo una desusada y muy poco meditada tradición desde épocas coloniales, se conforman con que nuestros campesinos aprendan a leer y a escribir sus nombres y cuando eso hacen, sostienen que ya no hay analfabetos, «cero analfabetismo» dicen los propagandistas de los gobiernos de turno, pese a que la realidad les grita por todos sus costados, continúan la mala costumbre de hacer creer que los analfabetos «desaparecieron».

Y estos que «dejaron de ser analfabetos», los «albatiza dos» por los gobiernos, que mayoritaria mente están en las áreas rurales,vean cómo responden a estas falacias, que los encubridores por vergüenza o por complicidad, no les dan la real interpretación, por el contrario, optan por castigarlos; pero no reconocen que al campesinado sudamericano (no solamente peruano) los que invadieron sus territorios, aparte de despojarlos de todo lo que tuvieron, los sometieron al vasallaje, les impidieron saber lo que ellos sabían. Por eso tenemos hoy, una masa popular miope, ve lo suficiente para no tropezar; ellos no entienden del fenómeno de invernadero, no entienden de capas de ozono, de recalentamientos globales, siguen aferrados a sus mitos, a sus ritos y a sus tradiciones populares. Que hay que matar una oveja o una llama para darle un pago a la tierra, que si un río se «tragó» a una pesona, hay que darle una ofrenda al río para que devuelva el cadáver, finalmente, que si las lluvias se ausentan, hay que echarle fuego a los montes, cerros y pastizales, o sino, hay que sacar a la virgen en procesión, hay que hacer misas, cantos y rezos y más ofrendas, porque Diosito está enojado...

¡Cuánto me duele toda esta ceguera!

Y cuánto malestar debe causar a quienes sentimos que nuestra patria se hunde, por esto que estamos hablando y porque desde que llegó un Hernando de Luque o un Padre Valverde, hasta nuestro Cardenal Luis Cipriani, a los «indios» no se les debe enseñar más; porque «es malo» que sepan mucho, se levantan y como cada vez están levantándose más, el actual Sátrapa del Apra, que se pone el hábito morado para maquillar las manchas negras y rojas (de sangre) que lleva por dentro, ahora, ha dictado normas severas crimina lizando las protestas, encarcelando a quien no esté de acuerdo con lo que hacen.

Pero lo que no podrán impedir es que esa masa popular, que son casi los mismos que crucificaron a Cristo, así como queman cerros y bosques, algún día podrían incendiar ciudades y gobernantes; porque solamente les enseñaron a leer y les engañaron que ya eran «cultos». Por eso los desbordes populares, por eso las elecciones al que más engatusa, por eso, los sirvientes que por un plato de comida se venden en cuerpo y alma, por que los hijos de esos sirvientes, muchos, también se formaron torcidos y siendo instruídos, prevalece en ellos la ignorancia ancestral y son estos los que suelen convertirse en los más desalmandos y crueles verdugos de su propia raza.

Los que verdaderamente amamos a Dios y a nuestro prójimo, no podríamos claudicar, haciéndoles el coro a los de siempre, enlazando la interminable cadena de mentiras. Hay quema de bosques a diestra y sieniestra, siempre las hubo y las habrá, mientras sigamos enredados en la mentira.

Tenemos que reconocer, aunque nos duela que si los bosques se queman, es porque los autores siguen ignorando lo que hacen y si nos ponemos en la concepción del Derecho Universal: nadie puede ser juzgado o condenado por algo que no conoce.

Entonces ¿Cómo quedamos?

Trabajemos, luchemos y batallemos para rescatar del oscurantismo a quienes les apagaron las luces del saber y les negaron todos sus derechos hace 500 años.

Por ellos sigamos trabajando.

Salvo mejor parecer.

Nororientalmente:

El Director.

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