Semanario ¡Nor Oriente!. Los únicos de la Región. ¨Por la Verdad, con la Verdad, hasta la Eternidad¨

domingo, 16 de octubre de 2011

Contranatura


Desde hace un buen tiempo se observa en nuestras ciudades de esta parte del país, un estilo medio huachafo para embellecer nuestras calles con árboles ornamentales y se lo han cogido al Ficus como la víctima de las plantas para hacer con este árbol lactoso, lo que en sí, representa el más grande atentado contra su naturaleza vegetal.
En cierta ocasión intercambiábamos opiniones con un visitante de Centro América en Jaén, y al ver algunos de estos árboles, modificados burda o torpemente, mostraba su extrañeza por la forma cómo se maltratan a las plantas y nos preguntaba si aquí, como en tantos otros lugares, existen sociedades protectoras de animales, ¿acaso no habrá también para los árboles?
Y vaya, tremendo contraste, por lo general nuestros alcaldes se muestran, se exhiben y se rasgan todas sus vestiduras dizque «para defender el ecosistema, el medio ambiente, la naturaleza, los árboles y los bosques» y vean ustedes lo que hacen con estos pobres árboles que sí sienten; pero que no pueden expresar o exteriorizar su dolor. Y el visitante comentaba: si quieren tener árboles cónicos, achatados, redondos, pues que siembren pomarrosas, o casuarinas; pero que a los ficus se les deje cumplan su función natural, para dar sombra. Para peor ironía, en Jaén tuvimos un alcalde ingeniero Agrónomo y ahora tenemos UN FORESTAL y por lo visto a ninguno de estos, les ha motivado la mínima reflexión como profesionales de la naturaleza o como gobernantes con sentido común para darse cuenta de lo que significan estas plantitas.
De las otras ciudades ¡Ni hablar! Sus gobernantes, no encontraron fórmula más fácil y apropiada que acudir al modo más chabacano y burdo para embellecer la ciudad. Esto, en otros países, es motivo de una sanción penal por atentar contra la naturaleza de nuestros árboles; pero aquí, no pasa nada; pese a estar rodeados de infinidad de variedades vegetales para rescatarlas de su proceso de extinción como por ejemplo; el «Igoguana»; el Morero; otro árbol muy frondoso de fruto menudo y apetitoso que hasta los años 60 existía en la parte baja de la calle Bolívar, le llamaban «puraraquina», ahora extinguida en estos valles, sólo se le encuentra por algunos sectores de Santa Rosa y lo más hermoso que miserablemente se lo está dejando en exterminio, es el famoso Guayacán, otra muy hermosa y de forma cónica, el cerezo o tomaque y así como éstos, tantos otros que no alcanzarían muchas páginas para mencionarlos; pero que por pereza, desidia, incapacidad o ignorancia, nuestros gobernantes locales, prefieren lo más fácil, el ficus, que no es oriundo de nuestro país y lo han cogido como la única especie vegetal para «arborizar», nada más repudiable y censurable, como pésimo ejemplo a nuestras generaciones venideras echar mano a lo más fácil, aunque se tenga que sacrificar la naturaleza, tan igual como a las mujeres de las tribus tailandesas, que aunque parezca irrisorio, el modificar a nuestros árboles en sus formas, nos coloca tan igual como en aquellos pueblos donde prevalece el oscurantismo casi cavernario. Esto es lo que están haciendo y vean si con eso mejoran la imagen urbanística de sus ciudades que siguen con basurales y polvaredas, con charcos y pestilencias, con el tránsito vehicular para alocar al más cuerdo de los peatones; pero escúchenlos hablar, discursear de ecologías y medio ambientes, de proteger a la naturaleza y conservar nuestros árboles. Perfectas simplonadas, fiel reflejo de la más floresciente mediocridad que ojalá algún día del próximo siglo pueda desterrarse.

Salvo mejor parecer.


Nororientalmente:


EL DIRECTOR.

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