Mucho tiempo pudo
capear el temporal de un terrible cáncer, hasta que a comienzos de año lo
doblegó. Sabía que iba a morir y así sucedió
el miércoles último 04 de julio en una cama del Hospital Almanzor Aguinaga (Essalud) de la
ciudad de Chiclayo, al promediar las 7 de la noche. Estuvieron presentes junto
a él, su inseparable esposa, así como sus hijas.
Su vida se interrumpe cuando había cumplido
69 años.
Sus restos fueron velados en uno de los
ambientes del local del Colegio de Abogados en Santa Victoria, hasta donde
llegaron numerosos abogados de Chiclayo, Jaén y San Ignacio.
Empezó ejerciendo la judicatura en Jaén, luego
pasó a San Ignacio como Juez Titular del
Juzgado de Paz Letrado, durante 21 años.
Muy ceñido a sus principios como cuidadoso
administrador de Justicia. En este Semanario se le recordará siempre como uno de los más asiduos lectores en la
ciudad de San Ignacio capital de la provincia fronteriza, uno o dos días de retraso del Semanario a
esa ciudad, de inmediato estaba llamando para preguntar el porqué no llegó.
Particular comentario merecen sus
recomendaciones a litigantes o justiciables cuando en ciertos lugares les
cerraban las puertas, de inmediato los encaminaba a sentar su denuncia pública
a ¡Nor Oriente!.
Nos consta del gran prestigio y admiración
que se ganó de los sanignacinos que a no dudarlo han de estar sintiendo mucho
su desaparición, al igual que todos los que le apreciamos y desde este espacio
nos solidarizamos con sus seres queridos adjuntando nuestras más sentidas
condolencias.
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