Desde el mismo día de su
aprobación la llamada «Declaración Universal de los Derechos Humanos», de la
que Perú es uno de los firmantes, no tuvo la aceptación «universal» que sus
auspiciadores (EE UU) desearon, por ejemplo Rusia fue uno de los primeros
países en no estar de acuerdo y no la firmó. Pero han seguido incrementándose
más detractores en todo el planeta y uno de ellos, desde el Oriente (India) con
su pensador el filósofo Osho (11-set-1931-enero 1990) el que más ha luchado
para que se modifique esta «Declaración».
En una de las objeciones en su libro «Sobre
los Derechos Humanos de la ONU», Osho sostiene: «Los derechos existen únicamente
cuando hay deberes. Los deberes son las raíces, los derechos son las flores. No
puedes tener derechos sin deberes...por ejemplo, sostener que todos los seres
humanos son iguales, es una mentira muy peligrosa que le han contado al hombre.
La igualdad es un mito, ni siquiera hay dos personas que sean iguales, claro,
tiene aceptación, porque satisface el ego»...y continúa Osho,«De alguna manera
esta Declaración no es muy racional, en la larga lista de «derechos
humanos», falta el derecho ha dejar el cuerpo cuando uno ha vivido lo
suficiente y está débil, enfermo, viejo, es una carga y no sirve para nada
(o simplemente, si ya no desea seguir viviendo), sufre innecesariamente y
espera la muerte ¿Porqué esperar? ¿Porqué torturar innecesariamente a este hombre?»
Se pregunta Osho... Y vean que cuando una verdad tiene asidero, bases,
sostenimiento, etc., nadie la puede soslayar.
El gobierno brasileño, a través de una
Resolución del Consejo Federal de Medicina, emitida el miércoles 29 de agosto
último, autoriza para que todo aquel que ingrese a un hospital o clínicas
registren en su historia clínica, su deseo de no ser sometidos a tratamientos
«excesivos y fútiles» (de poca importancia) para prolongar sus vidas, en caso
de una situación terminal crónica. Tal deseo, dice la resolución podrá ser
expresado en la llamada «directiva anticipada de voluntad». Este registro pasa
a ser considerado por los médicos como un soporte legal y ético, en caso que
lleguen a ser cuestionados». Así de pragmática esta medida legislativa
brasilera.
Pero no solamente en Brasil que ahora es el
primer país sudamericano que pasa la raya de los mitos y prohibiciones
dogmáticas, teológicas o legislativas. En Holanda, al año siguiente de la
famosa «Declaración Universal de los Derechos Humanos» ya se empezaba a
difundir la idea del derecho a morir y se ha legislado sobre el particular,
aunque con muchas cortapisas, sólo un 2% mueren al año.
En Andalucía-España, el segundo país en
Europa sobre esta libertad para dejar este cochino mundo, mueren un total de 7
u 8 mil al año, allí, desde hace 8 años se promulgó la Ley de Derechos y
Garantías de la Dignidad de las Personas en el Proceso de la Muerte y
últimamente, siguen las trabas a esta ley, pero hay también un fuerte impulso
por organizaciones no gubernamentales que tiende a ramificarse por todo el
orbe, como por ejemplo, LA «FUNDACION PRODERECHO A MORIR DIGNAMENTE», cuyo
vicepresidente es el Dr. Fernando Marín Olaya, Médico de profesión,
conferencista internacional y tiene esta Fundación como presidente honorario al
Ingeniero, Filósofo, escritor y profesor de la Universidad de Barcelona
Salvador Pániker, ambos sostienen que «a todos nos concierne la muerte y es
necesario implicarse en este proyecto: la conquista del proceso de morir dignamente
en este siglo XXI». Uno de sus más remotos precursores desde Colombia hace
más de cien años fue el escritor José María Vargas Vila y fue excomulgado.
Cuestión de principios? Queda a vuestro sereno raciocinio.
Salvo mejor parecer.
Nororientalmente.
EL DIRECTOR.
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