Fuimos invitados a Lanchema-Pomahuaca para
cubrir una importante ceremonia el domingo pasado; pero mientras llegaba la
hora, pudimos conversar con moradores de ese lugar y preguntarles por los
postes de concreto arrumados a un costado de la quebrada y nos contaron la más
grande historia jamás contada.
Los postes que también están diseminados a lo
largo de la carretera que conduce a ese lugar empezando desde el Cruce de
Puente Blanco, forman parte del «gran proyecto
de electrifico que se hizo en la gestión aprista del alcalde pomahuaquino
aprista que antecedió a otro no aprista hasta el actual Filemón Recalde de
camiseta verde-amarilla el color de su
tierra y su pueblo con los que se identifica.
Los moradores nos informaron que en aquel
tiempo se anunció esta obra con bombos y platillos, que el alcalde de esa
gestión que partió a otro mundo hace poco, les convenció para que aporten de 35
a 40 jornales cada poblador de los lugares que iban a ser beneficiados con esta
obra. Aseguran que fueron más de mil jornales los que aportaron teniendo en
cuenta las numerosas localidades que se beneficiarían. Entregaron sus fuerzas
con mucho entusiasmo, más aún cuando vieron descargar postes para el tendido,
así como los transformadores y demás accesorios que se instalarían en Lanchema, nos mostraron la cobacha donde fueron
colocados dichos aparatos que como los
verán en la foto inferior, están cubiertos de maleza, enmohecidos totalmente
inservibles, porque además ya están desactualizados, si es que se los quisiera
operativizar, conforme a la opinión que dieron los técnicos que los han
revisado, pues han transcurrido más de ocho años en abandono total.
Pero lo más anecdótico e indignante fue
cuando los supuestos beneficiados, finalmente lograron enterarse que dicha obra
ya se había dado por concluida y su vez inaugurada, lo que nos hizo recordar a
la misma payasada que hizo Alan García con el Puente CHAMAYA II que le mintió
al Perú con una falsa escenificación de «botadura» y fue el diario La República
por intermedio de su corresponsal de Jaén (el Director de este Semanario) el
que le desmintió, pues dicho puente no estaba concluido y mucho menos pudo ser
«botado» de una orilla a la otra. «Así jodieron los apristas al Perú».
Concluyeron.
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