Luchar contra la corrupción
Cuestión de principios:
ser o no ser. O actúas como pregonas o, simplemente lo disimulas y sigues en el
lodo del huayco devastador de la corrupción que tiene mil formas y modalidades.
Quienes de algún modo nos inclinamos por las
buenas lecturas, partiendo de la Biblia, pasando por los filósofos clásicos,
los orientales, los occidentales y latinos, hemos podido «amasar» determinados
conceptos condensados, lo suficiente para que en la flor de nuestra madurez
intelectual, podamos tener una posición sólida y así pregonar al mundo, lo que
otros pregonaron. A sabiendas que no seremos comprendidos.
Pero, no solamente se fanatizan los que van a
los estadios a ver a su equipo favorito o aquellos que siguen creyendo en la
Selección y su Markarián. Desde estas páginas quienes nos leen desde hace casi
35 años, saben que éste es nuestro ideal, por una patria como la soñaron
Grau y Bolognesi, Alfonso Ugarte o los que
fueron asesinados en Uchurakay.
No somos asalariados por esta terquedad,
tampoco vendemos nuestra pluma, ni conciencia, como que muy lejos estamos de
presionar para obtener un beneficio por
chantaje y extorsión para luego limpiarlos mediante reportajes. Tampoco nos
focalizamos en un sólo sector, autoridad o funcionario. La prueba que garantiza
lo que digo aquí, son los 66 juicios en la modalidad de querellas afrontados en
esta larga e interminable cruzada POR LA VERDAD y no vamos a tirar la toalla.
Impulsamos el COLECTIVO CIUDADANO,
lo seguimos haciendo; felizmente no estamos solos, hay amplios sectores que nos
respaldan y si le cambian de nombre o etiqueta a esta lucha, en el fondo sigue
siendo la misma, con los mismos propulsores que sin pausa ni tregua, jamás
renunciaremos a nuestro ideal.
La trocha ya está abierta, vemos que están
siguiendo nuestra ruta, empujando la pesada roca contra la pendiente; pero
estamos avanzando.
Nororientalmente:
EL DIRECTOR.
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