Semanario ¡Nor Oriente!. Los únicos de la Región. ¨Por la Verdad, con la Verdad, hasta la Eternidad¨

miércoles, 20 de noviembre de 2013

La discriminación que no se denuncia ni se comenta



  Desde hace muchos años en nuestro país, también en muchos otros se practica abiertamente lo que podríamos llamar una brutal agresión discriminativa contra nuestros pobladores indígenas, ya sea de la Amazonía o de los Andes.
   Quién no ha visto a ciertos avivatos vestirse de indígenas exhibiendo serpientes muertas o vivas para vender remedios, haciéndose pasar como «chunchos» (calificativo que se toma como ofensivo en los pueblos amazónicos). A estos sujetos, no les pasa nada.
  Pero eso no es todo, si usted va al Cusco, verá a turistas nacionales y extranjeros, tomarse fotografías con pobladores muy emblemáticos en sus vestimentas. Aquí felizmente, hay niños o adultos que cobran para que les tomen una fotografía.
  Pero eso no sería tanto, las mismas instituciones públicas, gobiernos locales, etc., empezando por las más cercanas nuestras (Chachapopoyas por ejemplo con su mal llamado «Ramy-llacta»), suele exhibir a nuestros aguarunas o huambisas como bichos raros, los transportan como animales en camiones y los instalan en kioscos de exhibición. Esto también en Jaén u otras ciudades. Allí son objeto de escrutinio u observación totalmente indiscreta por los visitantes, tan igual como si estuvieran contemplando las rarezas de un zoológico.
  En la edición pasada colocamos en contracarátula a colores una crítica para nuestros pobladores amazónicos, en una comparación con los ACHUAR del Ecuador, cuando se promocionan como «ORGULLOSAMENTE ACHUAR» y aquí en Perú, tienen vergüenza nuestros nativos identificarse así, con orgullo de ser los verdaderos peruanos, la raza cobriza auténtica. Demasiado baja su autoestima, por la que nadie hace nada para levantarla.
  Cada «invitación» de alguna delegación para Lima o alguna otra ciudad, siempre los esperan con sus atuendos típicos, si se irían a presentarse con vestimentas como las que usamos todos, no les permitirían; el espectáculo radica allí y como les han metido tanto y tan adentro de sus concepciones tal discriminación, suelen verse obligados a presentarse ante los ministerios o el Congreso, con sus vestimentas típicas, para ser atendidos, inclusive el mismo congresista awajun Eduardo Nayap, o las aimaras en el Congreso, para lograr cierta distinción acostumbran colocarse sus atuendos típicos, que no lo hacen en sus comunidades de la selva, pues allí, para las reuniones sociales se visten como nos vestimos todos; pero si son invitados, mejor dicho reclutados para ser exhibidos en ferias agropecuarias o actividades gubernamentales, allí deben colocarse el disfraz que los haga atractivos, así como a un tigre o un mono en una jaula, ellos también deben ser exhibidos de la misma manera y si por desgracia quisieran ir a un club nocturno más o menos «VIP», allí les impiden el ingreso o si los dejan entrar, las miradas escudriñadoras  con total indiscreción los arrinconan, peor aún si por las calles se desplazan con sus mujeres o sus hijos pequeños.
  Esta mentalidad agresivamente discriminativa la «heredamos» desde la Conquista. Si se recuerda en los años 60, cuando llegaban las películas «Farwest» o «Del Oeste», norteamericanos, cuando estudiante de la secundaria uno de mis amigos me invitaba al cine y para animarme me decía «van a dar con indios». Esa mentalidad no ha cambiado y se mantiene desde el mismo Estado como auspiciador. Mire o entérese de una evidencia muy sencilla: todos los programas o proyectos dizqué «para revalorar» a los pueblos indígenas o los otros programas de asistencia social, las jefaturas recaen en personajes muy lejanos a la realidad nativa y son los que se llevan los más elevados sueldos. Los pobladores «de abajo», sólo son usados para portar las maletas o conducir los botes o chalupas.
  Ese es el trato que reciben. Por eso, muchos prefieren «mimetizarse» con los llamados mestizos y negar sus orígenes raciales. En este Perú de «la inclusión social». aunque Ud. no lo crea.  Salvo mejor parecer. Nororientalmente:

                    EL DIRECTOR.

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