Como es de conocimiento público, fue vejada, agredida verbal y físicamente por la jauría de perros que el ex-alcalde Gilmer Fernández los alimentaba para que lo defiendan. No dejaron espacio en las prensas rastreras habladas, escritas y televisadas para atacarla y pretender hacer añicos su dignidad que como puede comprobarse jamás ha sido mellada; porque quienes la conocemos desde su temprana edad, de cuna muy humilde, pero muy digna, jamás estuvo envuelta en asuntos turbios y cuando se enteró por intermedio de ¡NOR ORIENTE! de las corruptelas de Ananías, fue la primera en protestar y enrostrarle. Lejos de amilanarse a toda la basura y excremento que le lanzaron ha respondido con más denuncias, como la que recientemente le ha formulado al usurpador Edwin Llique Ventura.
La más resonante sobre el faenón de despedida del usurpador
Su intervención en la reciente sesión de Concejo
le hizo perder el paso y los papeles al usurpador, cuando Yolanda Martínez pidió a voz en cuello que el Gerente informe sobre la labor que cumple un presunto «arrimado» funcionario don FELIPE DOMINGUEZ ARROYO en la MPJ, especialmente en los procesos de licitación. Dijo Yolanda Martínez, «estamos informados de los procesos de compras de arroz, aceite, menestras». Y aquí viene lo más picante de su denuncia cuando dijo: «Se ha denunciado la participación del señor Viviano Felipe Domínguez Arroyo en el proceso de licitación de la carretera ZONANGA - LA PALMA CENTRAL...».
Precisamente el escándalo sobre la extraña licitación de dicha obra, recaída en un empresario bastante conocido por coimero y sobornador, íntimo allegado a Gilmer Fernández a quien le habría apoyado con varios miles de soles para su campaña, un raro vínculo nada moral, los habría unido ahora con Llique Ventura para la sucia jugada en la entrega de esa obra, burlando las disposiciones fundamentales que obligó a otro de los postores, don ISIDORO SEPÙLVEDA VEGA CUEVA, interponer un recurso de NULIDAD de dicha licitación. Es este nuevo escándalo el que remece otra vez los cimientos de la administración edilicia, la más desgraciada que hemos tenido en lo que va desde que Jaén proclamó su independencia el 04 de junio de 1821.
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