Volveremos a empezar con
lo expresado por el filósofo alemán Frederich Nietzsche: «La política es el
campo de trabajo para cerebros mediocres...» y cuánta razón sigue teniendo, más
aún cuando recientemente vemos exhibirse en los
medios de prensa uno de los más grandes farsantes que los evangélicos
tienen la desgracia de poseerlo en sus iglesias, nos referimos al congresista
HUMBERTO LAY SUN, de procedencia asiática,(igual que Fujimori), que empezó
predicando el evangelio en sus iglesias como Pastor, para aprovechar el caudal
de seguidores y convencerlos para llegar al Congreso y no para seguir
predicando la palabra de Dios, si no para incrementar sus ingresos, ya que como
Pastor, no le alcanzaban a cubrir la vida de opulencia que suelen llevar estos
«ministros de Dios». Muy lejos quedó el precepto bíblico («palabra de Dios»,
que se dice en las homilías católicas), en el que Cristo condena y ridiculiza a
los que quieren ser gobernantes terrenales y materiales.
Este farsante, encumbrado en la vanidad de un
efímero falso poder que la política les da, le gustó la vida frívola, se olvidó
de sus prédicas evangélicas y sigue engatusando a quienes le creen que como
político será más útil que como pastor.
Repugnante e
indignante la actuación de estos sujetos que se visten de ovejas para ocultar
al lobo que llevan por dentro, pues habría que preguntarle ¿Qué hizo en bien
del pueblo evangélico (para empezar) durante el tiempo que lleva en el Congreso?
En fin, la cara de hipócrita que lleva, le ayuda bastante, pues téngase por
bien entendido que quienes sirven realmente a Dios, jamás buscan usarlo para saciar intereses bastardos;
porque Cristo, NO ESTÁ en el sucio accionar que envuelve a los políticos como
Fujimori, Alan García, Toledo, Gilmer Fernández, Sadón Gómez, etc. Cristo está
junto a los más necesitados y les ayuda sin buscar periodistas para publicitar
las obras que hace. Salvo mejor parecer...
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