En estos momentos de la historia crítica que están viviendo nuestros pueblos amazónicos desde Imaza-Bagua y toda la provincia de Condorcanqui que abarca a tres distritos, el suscrito que conoce a fondo la realidad histórica, social y geográfica de estos pueblos ve con profunda extrañeza: SILENCIO, INDIFERENCIA Y HASTA DESPRECIO por un problema de fundamental importancia: la pérdida de la soberanía de estos pueblos, seguido de avasallamiento total, a lo que hay que agregar propósitos prostitutivos de la empresa minera AFRODITA.
Bien podríamos decir que todo ello raya con la complicidad, como que algo sucio estaría sucediendo, un pacto siniestro para permitir se consume el más grande atropello a nuestras comunidades nativas fronterizas y sus territorios ancestrales.
Teniendo en cuenta que desde sus inicios la empresa minera canadiense AFRODITA ocupa ilegalmente más 5 mil hectáreas EN LÍNEA FRONTERIZA, en total oposición a lo que dispone nuestra CARTA MAGNA. A ello hay que agregarle, la enorme infraestructura que ha levantado en su campamento EL TAMBO, que se complica con otro factor sospechoso, el ABANDONO del PUESTO DE VIGILANCIA EL TAMBO de ese lugar por parte de nuestro Ejército, hecho que es de absoluta incumbencia de la SEXTA BRIGADA DE SELVA DE EL MILAGRO, denunciado públicamente en diversos medios.Sumado a ello la aparición de grupos de fachada que dicen representar organizaciones indígenas.
Esto, durante los casi 40 años que estoy inmiscuido en su problemática, me parece demasiado raro y muy sospechoso.
Si recordamos al alcalde Provincial de Condorcanqui, una sola vez se pronunció contra el vicegobernador Navas del Aguila, tildándolo de «TRAIDOR» en plena ceremoniade fiestas patrias del año pasado, después ha seguido el silencio y la total indiferencia por defender su territorialidad provincial que está siendo invadida por los ecuatorianos. Mucho peor el alcalde de Imacita Otoniel Dánducho. Hay silencios que dicen mucho más que varios discursos.
EL DIRECTOR.
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