Claro: aquí no hay plagios y el título de la presente nota editorial tiene su motivo en el librito aquel, que se titutla «EN QUÉ MOMENTO SE JODIO EL PERÚ».
Hoy nos rasgamos las vestiduras hasta los calzoncillos, porque vestiduras ya no quedan con tanta podredumbre que nos hacen creer se ESTÁ DESCUBRIENDO. Pues desde estas páginas me atrevo a decir que NADA DE ESO QUE SE PUBLICA se ha descubierto, todo está cubierto desde el momento que las pandillas europeas llegaron a nuestros territorios, se acabó el AMA SUA y sus demás leyes. De ahí para adelante, es esto lo que tenemos, como producto de una gusanera gangrenada que se ha hecho en nuestra patria UNA MATA purulenta, llegando casi a la asfixia, que si nos detenemos a pensar con cierta profundidad, casi NADA QUEDA INMUNE en todos los estamentos de nuestro ESTADO «DE DERECHO» (que le llaman con cachita).
Son muy pocos los episodios de nuestra historia en la que hubieron intentos para erradicar esta gusanera que en las áreas rurales, antes se las curaba con KRESO. Entre esos pocos habría que mencionar a Túpac Amaru, Ramón Castilla, Avelino Cáceres, Juan Velasco Alvarado.
En tal sentido, el autor del presente se ratifica en lo que siempre sostiene, cuando coincide con el último de los mencionados: LA HISTORIA DEL PERU DEBE SER ESCRITA DE NUEVO.
De aquí debemos partir, para que las generaciones conozcan que tuvimos un pasado digno y que debemos rescatarlo. Desgraciadamente los eruditos que nos gobiernan echaron al tacho de basura los cursos de nuestra HISTORIA, porque no les conviene que se recuerde el pasado en sus aspectos más relevantes. Les conviene mantenernos cautivos en este PRESENTE, pestilente y asfixiante del que jamás vamos a salir si no optamos por una Constitución Política radical que incluya pena de muerte inclusive.
Salvo mejor parecer...
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