Los peruanos aguantamos todo lo que nos ofrecen y nos dan

A partir de estos días empezamos a vivir otra vez un ambiente de feria o como cuando a una aldea o pueblo nuestro llega el circo, perifonean, salen los payasos a recorrer las calles, reparten volantes a todo color, las artistas exhiben sus cuerpos, hasta sacan a pasear a sus monos y elefantes; es decir, todo cuanto sirva para atraer la atención

del público y de ese modo asegurarse la venta de entradas y los ingresos para los dueños del circo.

Exactamente lo mismo estamos empezando a vivir ahora, con la diferencia que esta vez los payasos son reales las artistas lo mismo y la carpa más grande que nuestro territorio patrio.

Lo que motiva esta reflexión en voz alta, no es tanto la presencia de los payasos y bailarinas en esta singular competencia que se la considera parte de las reglas de juego en un sistema democrático, como el nuestro; si no, el estoicismo, la capacidad de aguante, la fibra de testarudez y hasta casi el masoquismo de todos nuestros compatriotas, que nos hemos vuelto curtidos, duros, encamisetados y totalmente blindados, para aguantar toda nuestra existencia, las mismas mentiras, los mismos cuentos y los mismos golpes que lo hemos graficado en aquella figurita del boxeador aguantador.

Para no retroceder mucho, vayamos a los años 80 cuando un atronado joven mandatario nos puso al borde del colapso total con sus ensayos de gobernante aprendiz, nos puso fuera del contexto de la comunidad internacional, le siguió el otro, con su propaganda: «tecnología, honradez y trabajo», dejó en la calle a miles de trabajadores que hasta hoy siguen reclamando sus puestos de trabajo, nos vino un indígena, que nuevamente ha retornado por el saldo de la mamaderota que dejó en la nevera que, por ser de Cavana (Ancash) haber sido lustrabotas, canillita, etc. todos le creímos y terminó vendiendo al Perú y empeñándolo, con ese su TLC que cada vez deja en la ruina a los pequeños empresarios de nuestro país. Es porque durante los muchos años que permaneció en el país del norte, aparte de haberle lavado el cerebro los gringos, le hicieron trasfusión sanguínea y del cholo peruano sólo le queda la funda.

Al haber iniciado los payasos mayores sus actuaciones propagandísticas, estamos escuchando que con tanta facilidad ofrecen aumentar y sueldos, elevar presupuestos, crear institutos superiores, lo más sensacional de todas las gangas, es que uno de éstos está ofreciendo «llevar el internet a los últimos rincones...».

Se imaginan en Amazonas por ejemplo, el caserío de Mañumal, Laguna de los Patos, Pururco; las comunidades nativas en sus diversas cuencas de sus cinco ríos y afluentes; en Cajamarca, Chiple, Choros, La Sacillia, Palo Balnco, etc., enlazados con internet ?... Ni siquiera han dicho cómo van a hacer para llevar el tendido energético a esos lugares, concretamente para las comunidades nativas, donde hemos visto que con muchos esfuerzos han colocado postes hasta el cruce de Wavico, que es la entrada hacia Urakusa y si miran en el mapa, las enormes distancias y extensiones territoriales que existen para enlazar a cada comunidad en la que no existe un muro o una pared ni siquiera para colocarles el medidor, pues todas las viviendas son precarias, provisionales de caña brava o pona.

Es decir, lengua les sobra a estos mentirosos, lo mismo que capacidad enorme de los peruanos para recepcionar sus mentiras, creerles y darles el voto. No sabríamos imaginar hasta donde podrán aguantar tanto nuestros compatriotas; sinceramente da mucha pena ver cómo se dejan engatusar.

Salvo mejor parecer.

Nororientalmente:

El Director.