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miércoles, 2 de febrero de 2011

Uchurackay 28 años después

Más de 28 años repitiendo la funesta letanía de una tragedia que no termina. El año que pasó, fue el más nefasto para los que dedicamos nuestros tiempo y entregamos nuestras vidas a esta misión, más de 200 periodistas fueron asesinados, dejando de lado los encarcelados.

La tragedia no ha terminado y todo lo que ocurre, asociado a lo que ocurrió hace 28 años en Uchurackay, siempre nos tendrá pendientes como la luz roja de un semáforo sobre el peligro latente que nos acecha.

Y es que, mientras existen por un lado deportistasa que se lanzan desde los enormes acantilados en sus parapentes exponiendo sus vidas, por el solo deporte de mirar los valles desde las alturas, otros, nos inclinamos por este otro deporte de lanzarnos desde las profundidades de los abismos del misterio, la mentira y los abusos, para contribuir en algo para que esta sociedad no siga siendo tan injusta. Los OCHO periodistas que fueron brutalmente asesinados hace 28 años, aún no han sido resarcidos en sus honras por la justicia peruana, los culpables siguen revoloteando o en dorados refugios de algún país extranjero, ya no quisièramos recordar el dolor de tan brutales actos. Por ahora un pequeño relato de un viejo fragmento escrito por el ahora Premio Nobel que participó junto con otras pesonalidades en la Comisión Investigadora que designó el entonces presidente de la República Arq. Fernando Belaúnde Terry. Así lo consignó en su «Bitácora»:

En 1983, Mario tiene su primer encuentro directo con la polícia, al aceptar presidir la Comisión de Investigación del caso Uchuraccay, donde fueron asesinados ocho periodistas. La organización terrorista Sendero Luminoso, así como el Ejército, fueron nombrados sospechosos del crimen; sin embargo, la Comisión llegó a la conclusión de que los campesinos del lugar habían sido los autores de la masacre, al confundir las cámaras con armas y a los periodistas con senderistas.

El autor explica: «A mí [el presidente] Belaúnde me había ofrecido cargos. Me ofreció primero la embajada en Gran Bretaña, después la embajada en Washington, y yo no acepté ninguno de esos cargos. Cuando me llamó para esto, me dijo: «Bueno, usted defiende mucho la democracia, usted dice que las instituciones deben ser defendidas. Pues lo llamo ahora para que demuestre en la práctica que una manera de ejercer la democracia es decir la verdad. ¡Diga usted lo que ha pasado! Usted tiene una posición independiente [frente a los demás miembros de la comisión]; el decano del Colegio de Periodistas, Mario Castro, es aprista, del partido de oposición más hostil al gobierno; y el doctor Abraham Figueroa es un jurista muy respetado que no tiene nada que ver con el gobierno.Ustedes van a tener independencia absoluta; vamos a darles todas las facilidades que ustedes quieran. Como el proceso judicial va a demorarse un año, o dos años, digan ustedes al público la verdad en un mes. Si la verdad compromete a militares, pues compromete a militares». Entonces le dije: «Mire, no me hace usted un favor llamándome para eso». Me dijo: «No lo he llamado para hacerle un favor, lo he llamado para que usted le haga un favor a su país». Por eso, era muy difícil no aceptar».

Uno de los asesinos en la impunidad.

Grl. EP Clemente Noel Moral.

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