¿Seguridad ciudadana?

Desde Chiclayo: Nicky Arturo

Los niveles de inseguridad ciudadana en nuestro país han llegado a tal punto de que cuando uno sale a la puerta de su casa, desconfía de su propia sombra.

Y no es para menos, ya que a diario vemos como la delincuencia ataca a vista y paciencia de aquellas personas que supuesta mente están para prote gernos de aquellos malan dros, y estos «custodios del orden», al ver estos actos, parecen disfrutarlo (como si estuvieran observando un drama de teatro), ya que no mueven ningún musculo para evitar que se consume aquel acto delictivo.

Esta indiferencia por parte de esos «protectores», ha llevado a que muchas personas, dentro de sus comunidades se organicen en grupos de patrullaje para velar por la seguridad de todos. Y esto es claramente visible en la mayoría de regiones de nuestro país, en las cuales se puede apreciar, palpar y ver a pobladores cansados de la indiferencia de sus autoridades, toman la justicia en sus manos, organizados en grupos de vigilancia muy bien estructurados, que a la hora de actuar, no reparan en la condición social de cualquier facineroso. Sabemos que torturar personas no está bien, por más que estas sean de la peor calaña existente; pero, es a esto, a lo que nuestras autoridades nos han empujado.

Como claro ejemplo de esta fatal realidad; tengo una anécdota, la cual, al ser testigo presencial de ella, me causó sorpresa e indignación, de ver como en los exteriores del estadio Elías Aguirre (durante el partido Juan Aurich- Alianza Lima) los barristas de ambos equipos empezaron a lanzarse piedras (las cuales por cierto parecían misiles en el aire (¡Qué tal fuerza de estos malos elementos!) y todo esto EN LAS NARICES DE UN BUEN GRUPO DE SERENASGOS.

¿Y a esto nuestros gobernantes llaman seguridad? ¡No se pasen pues! Hay que ser más realistas y no querer tapar el sol con un dedo; que no se crean que porque les aumentaron unos cuantos soles a los policías, su EFECTIVIDAD va a aumentar; y si hablamos de la EFICACIA policial, ¿de qué EFICACIA hablamos?, si vemos a efectivos del «orden» fuera de forma, con una barriga como toneles, y esto hasta en los altos mandos policiales y militares (¿?)…

De qué seguridad nos pueden hablar nuestros pseudolideres, si en estos días se ha visto como unos INDOCTOS han pintarrajeado con pavadas los muros incaicos, todo esto a POCAS CUADRAS DE UNA COMISARIA, y hasta hoy no se ha capturado a los responsables; ¿De qué seguridad hablamos, si estos agentes no pueden cuidar unos muros?

¿Qué seguridad podemos esperar, si aquellas personas que juraron cuidarnos y protegernos, nos golpean, he incluso nos matan en las comisarias?

Amigo lector, no seamos tan pasivos; nosotros mismos veamos cómo nuestras autoridades se ensucian sobre nuestros derechos. No nos fíemos mucho en nuestros «lideres», y nosotros mismos velemos por el correcto cumplimiento de nuestros derechos. Si vemos un abuso en la calle, denunciémoslo; si conocemos de la guarida de algunas de estas ratas, denunciémoslo y NO SEAMOS COMPLICES de la delincuencia; porque estas ratas son las que corrompen nuestra magullada sociedad.