JAEN.-Aceptamos que la ciudad ahora ES TIERRA DE NADIE, expuesta al total descontrol con chinganas y escándalos callejeros por todos los rincones, borrachos que se amanecen bebiendo en las veredas, prostitución ambulante al paso, abierta y en calles céntricas, etc., etc.
Pero lo que no debe descuidarse es el negocio ambulatorio en las veredas frente a las instituciones educativas. Comestibles y golosinas, sobre las veredas. Véalos frente al «EX-51». Frente al IEI «01», AL VILLANUEVA PINILLOS, ETC. Lo más grave es que entre estos ambulantes están aquellos que con sus triciclos especiales, ofrecen y venden los conocidos HUEVITOS DE CODORNIZ por los que los niños tienen especial preferencia.
Estos vendedores, sin mandil, sin agua para lavarse las manos y andrajosos mugrientos, con las manos sucias quitan el cascarón a los huevitos que los van depositando en una espcie de cacerola, con las mismas manos sin protección (guantes) reciben las monedas de los niños y siguen pelando huevos. Los profesores y profesoras, llegan, pasan, miran y hasta compran también esos huevos contaminados de bacterias numerosas y son los niños los que llevan a sus casas las terribles enfermedades cuyos padres y madres de familia ignoran las causas.
La presente nota, constatada por ¡NOR ORIENTE! tras una paciente observación, va dirigida primero: a los directores de los planteles, segundo: a la Municipalidad, no importa que sea majar en fierro frío, tercero: a la Policía Municipal que como se les ve, NO CUMPLEN NINGUNA FUNCION efectiva ni positiva. Sabemos que al respecto se han dictado ordenanzas municipales; pero con regidores que solamente sirven para cobrar sus dietas o soplarle las orejas al alcalde, nuestra niñez queda al total desamparo. También para el DIRECTOR DE LA UGEL que deje de pensar un poco en CONGA NO VA y asuma sus reales funciones haciendo algo por esta niñez en total desamparo. Tampoco estaría demás, invocar a los padres y madres de familia para que sus hijos e hijas tengan cuidado y no se abastezcan de golosinas que se venden al aire libre y polvoriento de nuestras calles.
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