Semanario ¡Nor Oriente!. Los únicos de la Región. ¨Por la Verdad, con la Verdad, hasta la Eternidad¨

lunes, 2 de marzo de 2015

Delincuentes con casco

  Lógico, los jefes policiales no tienen la culpa, cumplen directivas y tienen que aplicarlas.
   En Jaén, el Coronel Jorge Rubio Montoya, sigue los mismos lineamientos que a nivel nacional se imparten; lamentablemente con bastante ceguera; porque siendo el rol principal de la policía: velar por la seguridad y la tranquilidad pública, como podemos ver, nada de eso se está logrando y claro, el estribillo aquel que «seguridad somos todos», no se lo puede estirar para acomodarlo a explicaciones inútiles.
  Nadie podría oponerse a sus operativos permanentes, distrayendo personal y tiempo para reclutar conductores de motos lineales que no portan cascos de seguridad; PERO, tales operativos deben tener un horario estratégico, como por ejemplo en las horas nocturnas en las que los delincuentes usan motos y cascos no para su seguridad, si no para LA INSEGURIDAD DE LA CIUDAD, en sus atracos y asaltos.
  Es bastante conocida la actuación policial en sus operativos  con horarios casi escolares, de ahí, desaparecen de escena, la ciudad queda a merced de los amos de la oscuridad y el anonimato: menores que conducen a toda velocidad llevando dos pasajeros y van haciendo piruetas por las calles céntricas, con un tránsito en el que las pocas señales que existen, para nada son respetadas, inclusive por la misma policía. Hasta hoy el anuncio del Jefe de la División Policial de Jaén, nos sigue dejando en vacío el titular que le dedicamos a sus declaraciones cuando fue entrevistado, el contorno de la Plaza de Armas sigue siendo paradero y lugar donde se exhiben vehículos para venta, la cuadra estrecha de la calle Bolívar donde se ubican financieras y el Banco de Crédito, es una exposición al peligro con embotellamientos constantes; peor aún, por la demora en los trabajos de la Av. Mesones Muro, el crucero del Puente Manco Cápac y la salida por el óvalo «Alfonso Arana», son la peor pesadilla y sin policías  para ordenar el tránsito vehicular, esto entre tantas  otras que evidencian la falta de muchas cualidades de quienes están al frente de tan delicada función que ya merece la censura ciudadana.    Salvo mejor parecer.

            Nororientalmente: EL DIRECTOR.

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