Es muy cierto, cada
cambio trae consigo trastornos que a veces pueden ser irreversibles, cuando el
remedio es peor que la enfermedad.
En el sector Educación se viene produciendo
una enorme convulsión magiste rial, en la que el otrora «combativo» SUTEP, ha
pasado al tacho de la basura, por no encaranar los auténticos intereses del
magisterio, en este caso, los directores «tradicionales», digámoslo así, en los
que está impactando el petardazo ministerial, porque no se sometieron a la
prueba de evaluación o concurso, permitiendo que los «nuevos», concursen y sean
los legítimos posesionarios de las plazas de directores «tradicionales».
Así el panorama general. Ahora lo específico,
consiste en que, una gran mayoría de directores «tradicionales», «viejitos» o
como se les mencione, se adormecieron en sus cargos, no se actualizaron, en
extremos casos ni siquiera se profesionalizaron y ahora vienen los ayes y
sufrimientos, por lo que han acudido a las legales medidas cautelares para
amparar sus puestos de trabajo, que en estos menesteres, el poder judicial y el
ministerio de Educación no están articulados y los jueces en muchos casos
resolvieron a favor de los «amparistas» y aquí viene el DESBARAJUSTE: primero,
que los directores al ser desplazados, deben asumir labor de PROFESORES DE AULA
y entiendan: más de 15 a 20 años como directores ¿Qué podrán enseñar a sus
alumnos? Y por otra parte, los nuevos directores, que en esta parte del país,
se ubicarán en instituciones educativas de las áreas rurales ¿Podrán insertarse
y adaptarse a las nuevas comunidades en las que, generalmente los salientes
dejaron fuertes vínculos con la comunidad?.
Esto y mucho más. En Jaén por lo pronto, la
piñata que está aguantando estos golpes, es el nuevo director UGEL al que ya le
iniciaron acciones penales, que desde luego, jamás será la solución.
Salvo
mejor parecer...
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