Semanario ¡Nor Oriente!. Los únicos de la Región. ¨Por la Verdad, con la Verdad, hasta la Eternidad¨

martes, 17 de enero de 2017

EL APODO DE ESTE AÑO

Claro, es una simple guía o referencia, que sirva como señal a los señores de la inmensa telaraña burocrática de nuestro país y no solamente para la burocracia, también para todos los que  de una u otra forma se relacionan con el servicio o la atención al cliente que incluye a todos los profesionales.
  Al respecto, una pequeña anécdota podría ilustrar mejor lo que deseamos decir: El gran waimaco (líder, maestro, sabio) aguaruna Daniel Dánducho, me conversaba el año 1975 en una playa de Imacita que a él le daba curiosidad que el gobierno de Juan Velasco Alvarado se haga llamar «socialista, humanista», cuando para ingresar a hablara con un funcionario, primero hay que formar cola, esperar y el personaje  muy alzado se hace mirar como a un rey y se le tiene que hablar con cuidado para que no se moleste»...y se preguntaba ¿Dónde está ese socialismo humanista?...
  Y esta siniestra tradición no ha cambiado casi nada, por más apodos que le pongamos a los años; porque simplemente, vivimos en este país en el que no prevalecen las cualidades éticas, si no las del favoritismo, el compadrazgo, las argollas, el tarjetazo o la recomendación de un padrinazo o madrinaza, etc. empezando por las mismas entidades educativas UGELes, que es de donde debe generarse el ejemplo. Vaya Ud. a una de éstas y se encontrará en primer lugar con un portero o guachimán, que más parece, guardaespaldas de Lucifer y si seguimos en las oficinas diversas, el peloteo, así como se lee, es DE NUNCA ACABAR, UGEL JAEN es el ejemplo más palpable. Pues entonces si es pésimo servicio se practica aquí, ¿qué podemos esperar de las demás reparticiones estatales?...
  Lo ideal habría sido que, publicada la nominación se le agregue una norma para que se denuncie y sancione
a quien o quienes la incumplan; de lo contrario, este apodo como los tantos otros que se les viene poniendo a los años calendarizados por mera tradición, seguirán quedando como simples cartelitos, de esos que dicen, «no arroje basura en este lugar» y al final, sigue convertido en pestilente relleno sanitario. Sin embargo, como viene del gobierno, habrá que tomarlo como todo lo que de allí viene.
Salvo mejor parecer.
Nororientalmente:
    EL DIRECTOR.

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