Semanario ¡Nor Oriente!. Los únicos de la Región. ¨Por la Verdad, con la Verdad, hasta la Eternidad¨

lunes, 29 de mayo de 2017

(Editorial 1) MANUAL DE URBANIDAD

    A propósito de una entrevista que le hicimos al Coronel PNP Hildebrando Delgado Prado Jefe de la DIVIPOL Jaén la semana pasada, lanzó una iniciativa que la seguimos valorando y amerita difundirla en todos los medios, inclusive, en vez de esas gigantografías que publicitan bailes y otras frivolidades, bueno sería que alguna institución que no ha de ser la UGEL, porque allí es donde menos conocen este tema, se animaran en contribuir a mejorar la conducta popular de nuestros pueblos.
  Claro, hablar del MANUAL DE CARREÑO hoy en día, corremos el riesgo que nos tilden como anticuados, peor si se enteran que fue publicado en Venezuela el año 1873 y difundido por los países latinoamericanos desde fines del siglo XIX, hasta un poco más de la mitad del siglo XX aproximadamente. Como que sería un librito de la antigüedad, etc. Sin embargo, los modales no tienen época, fueron, son y deben ser permanentes, como por ejemplo algunas que les alcanzamos aquí, extraídas de ese valioso librito que titula el presente:
Morderse las uñas o cutículas.
Sentarse con las piernas separadas o con las piernas cruzadas o torcidas de una manera poco convencional.
Masticar chicle mientras habla o con la boca abierta.
Fumar en la calle o hacerlo sin haber pedido permiso a los presentes, especialmente a sabiendas de que el olor a cigarro puede ofender o incomodar a alguien.
Tener un cigarrillo en los labios mientras habla.
Aplicarse maquillaje o peinarse en la mesa de comer.
Comer ruidosamente haciendo gestos exagerados.
Introducir pedazos de comida demasiado grandes a la boca

 Lamentablemente la llamada ESCUELA  PÚBLICA es la que más descuida este aspecto esencial de la formación humana de los estudiantes. Ni siquiera se les enseña a utilizar la cuchara o tenedor para almorzar, mucho menos será otras formas conductuales que por sí solas el vulgo los distingue como «chusma» o «chusc@» y es que con la mal llamada modernidad que empieza desde la vestimenta masculina o femenina, la personalidad se pierde y se confunde entre lo varonil y lo femenino: hombres que lucen feminidades  y mujeres lo contrario.

Salvo mejor parecer...

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