En estos días Jaén, Utcubamba y otros pueblos celebran sus aniversarios en cuyas programaciones sin ser psicoanalistas podemos ver como en el espejo, el rostro moral de sus organizadores.
En primer lugar BAILES, con enormes despliegues propagandísticos, seguido con más de lo mismo, como una costumbre de todos los años, diversión para adultos mientras que los futuros «hombres» de la patria, (los niños y adolescentes) siguen siendo ignorados.
Lamentamos y nos incomodamos mucho con la poca y casi nula creatividad o identificación con las verdaderas actividades redentoras en días como éstos que solamente apuntan a movimientos comerciales. Si Ud. se tomaría el trabajo de averiguar cuántos miles de botellas de cerveza se consumen en fiestas como éstas y si supiera que ahora y desde hace algún tiempo la cerveza no es cerveza sino, cualquier líquido con espuma, porque los avivatos siguen siendo «genios» en crear fórmulas para contrabandear, gracias a la indiferencia de autoridades miopes que no miran con el debido interés y tampoco se preocupan por elevar el nivel cultural y moral de sus gobernados.
Hacer ese tipo de celebraciones, es como que si sus onomásticos los celebrarían así, con bailes y borracheras, lo típico y tradicional desde Sodoma y Gomorra, desde la Conquista y la Colonia, pasando por los gamonales y hacendados, NO HEMOS CAMBIADO NADA, mientras tengamos autoridades ignorantes que siguen creyendo que al pueblo se le gobierna con PAN Y CIRCO, aunque moralmente sigan pudriéndose con más asaltantes, más delincuentes, más asesinos.
¡Qué lástima! No aprovechar motivos como éstos, para inyectar acciones positivas que sirvan para mejorar los espíritus, eso que tanta falta hace, allí donde no hay espacio para placas recordatorias, pero quedaría grabado en sus mentes para toda sus vidas porque las buenas lecciones no necesitan licor ni diversiones para aprenderlas.
Nororientalmente:
EL DIRECTOR.
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