Cuando EL APOSTOLADO del MAESTRO es letra muerta, lo cambian por sus intereses personales y no nos digan «gremiales» queda la desnudez al descubierto, que no debemos alarmarnos, porque ES NATURAL, no sólo de pan se alimentan los apóstoles. Pero si los millones de pequeños alumnos «futuro» de la patria, en una suposición se organizarían también en sindicatos ¿creen ustedes que apoyarían lo que están haciendo sus maestros?
Muy duro ha sido el golpe a la formación del estudiantado nacional en la reciente paralización. En primer lugar con un desorden y confrontaciones entre lídieres del propio gremio, divididos y subdivididos, en 22 regiones, confrontaciones con los viejos líderes, como la más nefasta lección para el alumnado. Miles no podrán postular a estudios superiores o si lo hacen, llevan la desventaja de no haber concluido la programación de sus asignaturas; a los otros de grados inferiores, atiborrados de tareas para la casa, que los padres tienen que compartir. Por otro lado, la ciudadanía pagando los platos rotos cuando en sus viajes por las cerreteras, aveces con mucha urgencia llevando familiares enfermos, fueron interrumpidos con las «tomas» de carreteras; gases lacrimógenos, enfrentamientos con las fuerzas del orden, en fin, el más grande caos que definitivamente pone freno y hace retroceder toda iniciativa de desarrollo.
A todo esto, se viene anunciando en estos días OTRO PARO, por las evaluaciones y otras que nada tienen que ver los estudiantes ni padres de familia, que sus líderes negociadores se hayan dejado embaucar, firmando compromisos, tan sólo por un chupetín que les dieron como tranqulizante. ¡Qué ofensa seguir llamándose «maestros»!...
EL DIRECTOR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario