En las presentes justas electorales se estrena la flamante disposición, creemos muy acertada, para que un gobernante regional tenga una gestión positiva, para ello se fijó, un tope del 30% de los votos válidos del electorado, lo que lleva implícita una jugada que puede servir como herramienta para tumbar al más encumbrado virtual ganador, tal como sucedió con el candidato Alan García que ganó en segunda vuelta al unirse con toda la recalcitrante derecha, dejando fuera de combate a su más cercano contendor el Comandante Ollanta Humala que sí logró una votación compacta. Esto mismo puede ocurrir con los candidatos a gobiernos regionales. Aún queda tiempo para saberlo.
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