Desde hace algunos meses tenía pendiente, este dato que merece una reflexión abierta y reubicarnos en un contexto real que los aspirantes a gobernantes no lo tocan o no quieren entrar al fondo del asunto.
La inquietud que debe extenderse a todos los peruanos pensantes es, de cómo gobierno tras gobierno en nuestro país, hasta hoy, no han podido delinear un proyecto técnico carcelario que se ajuste a los stándares internacionales y centran sus inquietudes en construir más cárceles para seguir amontonando presos, en muchos de los casos, hay quienes prefieren estar «adentro» antes que afuera y vean Uds. porqué lo digo:
1º.- Porque cada reo que ingresa, automáticamente el INPE le asigna una pensión que está hoy, en la suma de S/.4.50 para su mantención diaria, además de asegurarlos en Essalud. Esta pensión equivale a que se les proporcione el plato servido y bien preparado (caso penal «San Humberto» de Bagua Grande) en el que generalmente los internos, tienen mucha injerencia en su alimentación, nombran sus «veedores» a la cocina y cuidan que el listado con el menú que se les alcanza a los delegados de cuadra, se cumpla rigurosamente, en el que se aprecia que no hay potaje repetido, los desayunos o cenas pueden ser «ralos» pero los almuerzos son muy apetecibles.
2º.- Son pocos los internos que se dedican a trabajar en talleres o en artesanía, la mayoría, vegeta o parasita, puesto que tiene todo a su alcance.
3º.- Motivado por comentarios de varios analistas limeños, nos enteramos que en todas las cárceles del país, existen un total de 43,600 presos, de los cuales el 46% o sea 27,721 no están sentenciados, permanecen «guardados», hasta cuando la pesada maquinaria del poder judicial agilice sus juzga mientos y les dicte sentencia y solamente un 36%, o sea 15,745 están sentenciados.
Nuestros tremendos estadistas gobernantes, se dan el lujo de mantener, alimentar y gastar en medicinas, cuidadores y demás servicios que se le brinda a los internos, solamente en limentación gasta 70 millones 632 mil nuevos soles al año, a ésto agruéguele el doble y algo más que equivale mantener el enorme aparato represor o de guardianía tanto en el INPE como de la PNP, que estaríamos hablando de un aproximado de 400 millones de soles al año.
No hay política carcelaria, porque los internos no son promovidos en actividades productivas, viven la dulce vida, seguros que no les faltará qué comer y con carne, de pollo o pescado todos los días, lo que muchos no la prueban cuando están libres en sus casas.
Todo lo cual puede entenderse como que a nuestros gobernantes, no les interesa la verdadera redención del infractor, sino, los mantiene como parásitos para hundirlos más, porque como consta, muchos de los delincuentes internos que recobran sus libertades, continúan en sus mismas andanzas, el tiempo que se pasaron en la cárcel no les hizo mella, no les interesa regresar y el delito sigue creciendo, ahora, de manera alarmante e incontenible. En forma muy desordenada las autoridades, se alborotan, se atolondran y cada vez hacen ensayos, empezando por el Ministerio del Interior, sus famosos «planes» que hasta hoy se sabe que los iniciaron, pero nunca se habló de sus resultados, porque están a la vista y esto que no hablamos de los faenones que se ganan cada vez que sacan a licitaciòn un establecimiento penal; felizmente el que se anunció en Shumba quedó como una más de las tantas mentiras del presidente García Pérez; por lo demás, nuestro país, mantiene una herida social sangrante, deprimente y vergonzosa, como reflejo de la incapacidad de quienes nos gobiernan desde la llegada de los españoles.
Nororientalmente:
El Director.
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