BAGUAZO: 2º Aniversario

De cómo escaparon los nativos de las balas y la masacre en La Curva del Diablo

La carátula del Semanario ¡NOR ORIENTE! que siempre la recordaremos, y está «colgada» en las redes sociales dando la vuelta al mundo desde la fecha misma de su publicación, Edición Nº 1425 del 21 de junio del año 2009; es decir 15 días después de los trágicos sucesos.

En dicha edición, recogimos varios testimonios de líderes awajun-wam pis, que estuvieron en los fatídicos escenarios y que, por implícitas razones hemos guardado y lo seguiremos haciendo, sus identidades.

De ellos extrajimos un resumen, que está siendo procesado en el LIBRO «DIABLOS EN LA CURVA LO QUE ALAN GARCIA QUIERE OCULTAR», que por diversas razones no se pudo culminar para presentarlo en estos días, no obstante, entregaremos aquí algunos fragmentos respecto a lo que publicaremos y ampliando un poco lo que se dijo en la edición anterior, cuando dimos cifras de los que estuvieron en el sector Siempre Viva y los que no llegaron a sus comunidades, hasta aquella fecha.

¿Porqué no llegaron?

Según los testimonios recibidos, muchos de ellos estaban y deben continuar poseídos de una enorme depresión trau mática, cuentan que vieron «a muchos» de sus hermanos caer heridos y muertos en los momentos que eran atacados por aire y tierra, tanquetas incluídas. No tuvieron tiempo para detenerse a recoger sus muertos ni auxiliar sus heridos, la fuga fue desesperada.

Aquel día 05 de junio, la huída fue en dos direcciones:

1.- Hacia la parte alta

de Siempre Viva o Curva del diablo, El Reposo, cruzando el cerrito que rodea el escenario de La Curva del Diablo, siguiendo una explanada para llegar al valle de la quebrada Naranjos-Cayaltí. En desesperado desbande, muchos perdieron sus zapatillas, lo hicieron descalzos, las espinas, las piedras filudas, los cactos, todo eso, era nada frente al deseo de salvar sus vidas. Una informante nuestra profesora awajun, que estuvo reportando desde El Reposo, mantuvo contacto vía celular desde las primeras horas del ataque, tras el desbande, entró en un silencio de casi todo el día, no tuvimos señales de élla, desde las 9 de la mañana hasta , llegada la noche, contó que con un indeterminado número de nativos se escondieron por los matorrales hasta que llegue el anochecer, con mucha sed por el quemante sol, hambre no sentían por el temor de no ser detectados por el helicóptero que rastreaba esos lugares haciendo disparos desde el aire tuvieron mucho miedo de ser acribillados antes de emprender la travesía rumbo a la ciudad de Bagua Grande.

La caminata fue casi toda la noche por la parte alta de lo que es El Reposo, valle de Cayaltí, remontando la cordillerita que separa al sector Jaguanga, siempre por la parte alejada de la pista, llegaron al valle de Morerilla, parte alta, de allí por la parte media de Goncha, hasta Bagua Grande, sin camino y sin conocer aquellos agrestes parajes, a oscuras y sin luna por grupos dispersos y hablando en voz muy baja , iban con ellos tres heridos felizmente no muy graves, se turnaban para apoyarlos hasta que llegaron a la ciudad, cuando empezaba a clarear el día, (4.30-05.00 a.m.), tomaron diversas calles, muchos ciudadanos caritativos, empezaron a reconocerlos, de inmediato les prestaban ayuda con ropa, alimentos, 5.10 a.m. del día 06 de junio, obtuvimos el primer anuncio que ya estaban en Bagua Grande en el domicilio de una caritativa señora, que no quisieron dar su nombre, horas más tarde, un promedio de 900 nativos se congregaban en la CASA PASTORAL, enterados los moradores bagua grandinos, empezaron a llevarles ropa, alimentos, inclusive, los tuvieron en sus casas, por varios días, a tal punto que dos de ellos, ya no querían regresar a sus comunidades. Días después, una generosa y efectiva gestión del Padre CASTINALDO RAMOS Párroco de Bagua Grande, les permitía abandonar el refugio para ser traslada dos en camiones hasta Chiriaco-Imacita.

2.- LOS QUE HUYERON POR EL MARAÑON

A estos les tocó la peor ruta. Nos cuenta uno de ellos, que lo hicieron dispersos, no pudiendo calcular si fueron 200 o 600, los que llegaron por diversos lugares a las riberas del Marañón, pues los helicópteros los perseguían y los rastreaban, muchos tuvieron que permanecer casi enterrados en unos huecos por las faldas del cerro «La Cabra» que se ubica en la margen derecha, sector «Turuco»; otros lo hicieron por las cuevas de unos acantilados que existen cerca al sector «Valor», otros fueron a ganar el río más allá del puerto «Valor» de Bella vista, esperando la noche para poder entrar al río con «huambos», (palos secos que les ayuda a flotar) y utilizando ese medio de transporte fueron bajando, navegando en la oscuridad sin apartarse de la orilla, casi toda la noche, sólo éllos podrán saber lo que sintieron para bajar por lo que se llama «Boca del Pongo Rentema», cuyo caudal del río es tenebroso y muy torren toso, otros lo habrían hecho trepando los acantilados por las rocas, los primeros amanecieron, «más allá» del sector Montenegro; otros, nunca se sabrá si llegaron o perecieron ahogados, sin comer, con los pies sangrando, «muchos» con heridas de bala, afirman que éstos, no llegaron al Marañón. De modo que, había transcurrido más de un mes y en las comunidades especialmente alejadas de los ríos navegables, tanto awajun como wampis, no llegaban.

Por eso es que, en ese recuento inicial, de los 2,172 aguarunas y huambisas que se congregaron para la protesta, 15 días después, solamente se contabilizaron, 1,237, faltaban 935.

Esto fue y es lo que no han recogido las comisiones investigadoras y no se prodrá precisar, según nuestras propias averiguaciones; porque en comunidades alejadas de la parte alta del río Cenepa, en las de la parte alta del río Domingusa y así en otras de los demás afluentes menores, tanto del Marañón como del Río Santiago, muchos de ellos no están registrados y no cuentan con sus Documentos de Identidad (DNI); pero que, JAMAS se podrá admitir que en el sangriento enfrentamiento inicial, de la parte alta de LA CURVA DEL DIABLO, en el que fueron ata cados a mansalva por una patrulla de OCHO efectivos de la DINOES, según el testimonio del papá del Mayor PNP desaparecido, estos ocho, no lo hicieron con sus manos, si no, fuertemente armados y dispararon a matar, allí recibió 8 balazos el lider awajun Santiago Manuin Valera, de allí recogieron muchos cadáveres que los subieron al helicóptero, SIN LA PRESENCIA del representante del Ministerio Público, que por declaraciones exclusivas para este Semanario, el mismo día 5 de junio-09 del Fiscal Superior José Loayza Ventura «no pudieron llegar a tiempo» al escenario del enfrentamiento.

LOS MUERTOS

Si en los diversos informes de las comisiones que investigaron tales hechos, han tratado de uniformizar criterios, curiosamente, hay otros informes que no son de comisiones, si no de testigos, de periodistas, como Silvio Rendón del blog «Combo Club», que pone en total duda la cifra REAL de los que fallecieron.

Hubieron y hay muchas interrogantes sobre lo que ocurrió aquel 05 de junio. La más destacable, el reportaje que hizo el periodista BETO ORTIZ, que debió continuar; pero extrañamente se silenció en su siguiente edición y cambió de temas. De igual modo, el picante reportaje de Rosa María Palacios a la ministra del Interior de ese entonces Mercedes Caba nillas, la dejó mal parada; pero no continuó y así por el estilo, muchos medios de la prensa limeña fueron silen ciándose hasta HOY y los medios que tuvimos la «osadía» de seguir denunciando, fueron clausurados como RADIO LA VOZ o encarcelados, como el Director de este Semanario.

De la lectura del presente INFORME, Ud. amigo lector podrá sacar sus propias conclusiones. Con toda certeza, no fueron NUEVE los nativos que murieron en la Curva del Diablo. Si como referencia tuvimos más de cien heridos internados en el hospital de Bagua Grande, en el de Bagua, otro tanto que no alcanzaron en sus ambientes ¿Y los que no fueron internados por miedo?...Al día siguiente se dispuso el TOQUE DE QUEDA desde las 5 de la tarde hasta las 6 de la mañana del día siguiente, fue declarado territorio prohibido el escenario que abarca desde el Cruce El Reposo hasta siempre Viva, CUATRO DIAS nadie pudo ingresar, toda esa área estuvo sitiada por efectivos policiales, posiblemente, pasando y repasando a los heridos y desapareciendo a los muertos. Alí fue cuando el Párroco de Bagua Grande dio cuenta del testimonio de unos campesinos que «bajaban» por la ruta de Jorobamba-El Reposo, en el sentido de haber visto incinerar y enterrar cadáveres en aquellos parajes. Solamente el referido Párroco sabrá porqué al día siguiente de sus declaraciones le obligaron a retractarse y se rectificó públicamente. Tan misteriosos los hechos que le siguieron a esta masacre que hasta el mismo oficial Mayor PNP Felipe Bazán Soles que inició las acciones bélicas, desapareció casi para siempre y nunca fue buscado como hoy se busca al estudiante en el Colca.