Semanario ¡Nor Oriente!. Los únicos de la Región. ¨Por la Verdad, con la Verdad, hasta la Eternidad¨

miércoles, 17 de abril de 2013

El pueblo que conocí...


  En esta segunda parte, del valioso testimonio obtenido del distinguido ciudadano Santiago Pérez Delgado, que nos alcanzó el texto completo del discurso que pronunciara el expresidente Manuel Prado Ugarteche que le cupo la oportunidad de inaugurar la carretera Olmos Marañón un ONCE DE DICIEMBRE DEL AÑO 1944, nuestro entrevistado nos pidió obviar su contenido porque en esa ocasión inexplicablemente no hizo mención del protagonista principal para contar con esta vía de penetración Olmos-Corral Quemado, el ilustre chiclayano MANUEL ANTONIO MESONES MURO, a quien los gobernantes de todos los tiempos, tanto nacionales, regionales y provinciales, el manto de la ignorancia, la ingratitud y la indiferencia les impide valorar el sacrifico que hizo el señor Mesones Muro, al que miserablemente se le ha puesto un ridículo busto que antes que un homenaje, representa un desprecio a quien diera toda su fortuna y toda su vida para abrirnos el trazo de esta ruta.
 Con el mismo criterio, piensa y se expresa de otro EXTRAORDINARIO DIFUNTO el señor Notario Público VICTOR MONTOYA SEGURA, profesor de Matemática del  Ex-Colegio Agropecuario y a la vez Notario Público en esta provincia. Se diría con toda certeza que entregó su vida a manos de sus verdugos POR EL DEPORTE DE NUESTRA PROVINCIA.
  Refiere don Santiago Pérez Delgado que, fue tanto su entusiasmo e interés por contar con un Estadio que con el poco dinero que le asignaron y para ahorrar, tuvo que construir hornos de ladrillos y pagar obreros para que los elaboren.
 Imposible su olvido de don Santiago de los ajetreos que desplegó hace más de 15 años para que se le pueda colocar una placa recordatoria al señor Víctor Montoya en el Estadio que lleva su nombre a regañadientes y esa placa permanece en total descuido. Se queja que ninguna calle o parque lleve su nombre, pese a todo lo que hizo por esta provincia, junto con el señor alcalde de ese tiempo Ingº RICARDO NEYRA MONTOYA, otro de los grandes olvidados por la miseria moral de quienes gobiernan a esta provincia. Finaliza recordando haber conocido bien de cerca a don Carlos Zapatel Lacerna, que lo trajeron de Cutervo sus familiares cuando apenas tenía dos años.


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