Semanario ¡Nor Oriente!. Los únicos de la Región. ¨Por la Verdad, con la Verdad, hasta la Eternidad¨

lunes, 23 de septiembre de 2013

¿Dónde están los «Bravos Pakamuros»?

CAPÍTULO X

Escribe: S. Alejandro Carrascal Carrasco: Profesor de profesores Bilingües - año 1975-1980.

  Y DESTRUYERON TODO

   Recuerdo que, una vez concluida la recopilación, 70 seleccionadas de las 200, se produjo un pequeño debate entre los autores de tales recopilaciones, la inquietud flotante era de ¿Cómo pudieron destruir una ciudad con un promedio de dos habitantes simplemente con las manos?. La respuesta fue inmediata, utilizaron vigas y palos de diferente tamaño algo similar a los que usaban los ejércitos de la antigüedad conocidos como ariete. Agregaron que dicha modalidad hasta ahora la utilizan, que según las narraciones de sus abuelos una vez que las paredes se derrumbaban mataban a sus ocupantes saqueaban lo que creían conveniente y les prendían fuego.
Queda en libertad la imaginación de nuestros lectores para entender cómo lo hicieron y cuánto hicieron en media noche que hasta el amanecer sólo quedaron escombros.
Refieren las tradiciones que mientras un grupo minoritario del ejército indígena cogió la ruta de regreso por Pomará rumbo a Chiriaco llevándose los trofeos de guerra (mujeres y tesoros), otro grupo numeroso enrumbaba hacia Rentema Tomependa destruyendo todo lo que a su paso encontraban,  refieren que llegaron a Bagua donde ya existía una pequeña población de españoles, también los mataron y destruyeron. Continuaron por las riberas del Utcubamba, según refieren las tradiciones sin dejar un pueblo o asentamiento español en pie. Coindentemente en un promedio de ocho recopilaciones cuentan que llegaron hasta Chachapoyas «Y sólo el frío de ese lugar los hizo regresar». Hasta aquí el resumen de las tradiciones recopiladas.

SOBREVIVIENTES ESPAÑOLES DE JAEN

Las investigaciones que tenemos sobre lo que sucedió después de la destrucción de Jaén, son muy pocos los datos que podemos consignar pero sí algunas evidencias que aún pueden palparse.
Contaba la señora Soveida Bustamante de Espejo (ya fallecida) natural de Bellavista Viejo (año 1970), que sus abuelos escaparon de la furia de los jíbaros junto con otros mencionando apellidos como los Señores Quijano, Delgado, Velasco, Gutierrez, Masías, Mendizabal; entre otros, que milagrosamente aprovechando la confusión y la oscuridad de aquella noche del ataque de los jíbaros fugaron entre los montes y se escondieron hasta que amaneció el día siguiente cuando vieron que los aguarunas se habían marchado regresaron a la ciudad destruida para buscar sus pertenencias. Encontraron que la iglesia también había sido destruida y se alegraron porque las campanas de dicha iglesia no se las habían  llevado; por  lo que optaron por esconderlas lejos de la ciudad destruida y regresaron después de un tiempo para llevárselas.
Los sobrevivientes de Jaén antigua lograron instalarse en lo que ahora es Bellavista Viejo; las campanas a las que hacemos referencia usted las puede ver en el campanario de su único templo y ahí empezaron a repoblarse los sobrevivientes de Jaén de Bracamoros y de Tomependa.
Como podrá deducirse, las versiones recogidas por el autor en el año 1970, primero de la preceptora (profesora) Clara Luz Montoya Viuda de Balcázar y después de nuestra última testimoniante, unidos a los del anciano Gerónimo Yaguara, sector Lejido parte alta de Guayape, a los de la familia Sarmiento de Santa Rosa; entre otros, nos permiten ubicar cronológicamente estos hechos entre los años 1780 y 1800. Refuerza esta tesis el hecho de encontrar un primer plano de la ciudad actual de Jaén que ya no es «De Bracamoros», fechado el año 1805; que como podemos apreciar el Jaén actual el trazo de sus calles, nada tienen de colonial porque son anchas y no estrechas.

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