¿Alguien desearía que se
repitan estas inundaciones? ¡Imposible! Pero pese a todo, nadie mueve un dedo
para prevenir lo que tanto se viene anunciando, algo así como que son voces en
el desierto y nos trae al recuerdo aquellos pasajes bíblicos cuando Noé
anunciaba el diluvio universal.
Así somos de sordos e indiferentes.
Nosotros insistimos desde este vocero; porque
somos testigos de los sufrimientos y males de los damnificados, que como hemos
visto en el último temporal, aún no se recuperan y encima nos viene el mal
llamado «fenónmeno del niño», que no es otra cosa que la evidencia irrefutables
de la total descomposición climática de nuestro planeta, que se juntará con los
cuatro días de oscuridad que según anuncios de la NASA los tendremos en agosto
próximo.
Si bien es cierto en el 83, no había
refinería de combustibles en El valor, hoy la tenemos, eso no significa que no
vamos a paralizar en el transporte, pues, sólo basta una semana de lluvia y los
cerros se remojan, se desmoronan y el aislamiento se volverá a repetir, que
como se ha visto, viene matizado con muertos en las rutas, vehículos y
viviendas destruidos, sin contar los terrenos de cultivo en las «alturas», todo
lo cual, es imposible contrarrestar; pero sí se puede tomar previsiones.
Salvo
mejor parecer.
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