En primer lugar, dar gracias a Dios por permitirnos trepar la cuesta del camino sinuoso de esta vida, peor aún, inmersos en un quehacer que va más allá del periodismo común convencional.
En segundo lugar, sin alardes ni poses triunfa listas, sin autobombos ni bombones, hemos colocado aquí la carátula de la edición que con júbilo publicamos una tercera semana de febrero del año 1980, destacando la línea troncal por la que empezamos y pese al tiempo, las peripecies, carcelerías, enemigos, detractores, las tentadoras y jugosas ofertas de coimas y sobornos rechazadas con furia; etc. Nada de eso nos ha hecho cambiar, ni siquiera tambalear para continuar en la esencia de nuestro quehacer desde que salimos como SEMANARIO, éso que destacamos aquí: «BUSCAR LA VERDAD, COMBATIR LA INJUSTICIA»....Bregar sobre estos parámetros en tiempos como éstos que la podredumbre está a la vuelta de tu casa o en cada paso que das, puede ser tarea de locos: «los Quijotes no han muerto», nos dijo el propietario de la imprenta de la ciudad de Trujillo donde se editó en su primer año este vocero.
Pensamos con ustedes ¿Qué hubiese sido de la humanidad si las personas nos tranquilizaríamos con lo que somos y tenemos, nada más? Haber seguido arrastrándonos como gusanos, aunque todos nos pisen y no tener el valor para protestar?
En esta parte del país a la que por primera vez le pusimos su logo de ¡NOR ORIENTE!, resaltando con el nombre de este semanario, pero entre signos de admiración y que abarca las provincias de San Ignacio, Jaén, Cutervo y todo Amazonas incluyendo San Martín, hasta antes de la aparición nuestra, era tierra en la que imperaban los abusos y los excesos, empezando por las pésimas autoridades que eran designadas a esta parte del país, como castigo. A mucha honra, desde estas páginas les pusimos freno a estos abusivos; porque salimos con un concepto RENOVADO en cuanto a la doctrina de hacer periodismo, que debe servir PARA PROMOVER VALORES y no todo lo contrario. Nos gratifica, ver y saber que tenemos seguidores, que no hemos sembrado en el desierto y que ya no somos solitarios «reclamadores» o «protestadores». Somos varios y ojalá que las nuevas generaciones sigan por la trocha escabrosa que hemos aperturado con sangre, sudor y lágrimas; pero felices de hacer ALGO, por nuestros pueblos.
Nororientalmente: EL DIRECTOR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario