Cuando amanezca este lunes 04 de abril, los termómetros electorales estarán al tope de sus medidas, los comentaristas y analistas saturando espacios, los oyentes o televidentes, con náuseas atosigados y asfixiados por tanta propaganda.
Desde estas páginas, lanzamos también «la nuestra», (nos referimos a nuestra opinión) que siempre tuvo cabida en las conciencias de la ciudadanía y lo hacemos desde este rinconcito, en el que siempre hubo espacio para la serenidad, la ecuanimidad con una pizca de sabiduría para poder conducir este medio de prensa, que como lo conocerán, no es como los del montón y porque además en esta parte del país. Semanarios, solamente existe el nuestro.
En primer lugar: estamos de acuerdo con todo lo que se ha dicho y criticado de esta campaña, por su ausencia de sensatez en las propuestas, por el mercan tilismo publicitario, se ha llegado al extremo condenable de enfrascarse en una guerra de ofrecimientos que le ha quitado toda la seriedad requerida, en un grave atentado contra este endeble sistema democrático.
En segundo lugar: nunca antes y por primera vez, las empresas encuestadoras han monitoreado o conducido la campaña electoral. Todos los candidatos se han movido en función a lo que dijo tal o cual encuestadora y como estarán enterados, tales encuesta doras nunca las vimos por estos lugares y no porque esté deshabi tado esta parte del país.
Tercero: las primeras enseñanzas de la escuelita rural, fiscal o particular que todos recordamos, ha de ser el haber aprendido a amar a Dios, primeramente, después a nuestros padres y a nuestra patria, el lugar donde hemos nacido y aquí viene el motivo de esta reflexión: ¿De qué manera nuestros gobernantes la aman? ¿Qué evidencias, señales o estilos nos quedan para identificarnos como peruanos? Vienen rockeros extranjeros y nuestros jóvenes en Lima anochecen y amanecen formando colas para entrar a los estadios y participar de sus conciertos. ¿Hacen ésto para ver a un artista peruano? Aquí nomás en Jaén o Bagua Grande, Martina Portocarrero, por poco suspende su presentación por falta de público cuando vino hace dos años y de la música criolla y sus intérpretes, no hablamos, porque ya no existen Eva Ayllón? Ahora quiere cantar salsa ¿Quiénes más? ...¡Búsquelos usted. En nuestras emisoras locales, nadie pasa una hora de criollismo, hemos perdido nuestra «marca». Sin ir muy lejos, al otro lado de San Ignacio, vea Ud. a los ecuatorianos ¡Cómo quieren lo que es de éllos! Pasillos y tonadas, recicladas desde tiempos inmemoriales, sus danzas y sus costumbres, deberíamos sentir vergüenza y no crean que por falta de iniciativa, nuestro Presidente, cada vez que está ante reflectores, le «echa» algunos valses de sus tiempos; pero éso, sólo para los reflectores, lo demás, ha extranjerizado al Perú desde sus entrañas. Me refiero a lo que guarda en sus interiores, oro, petróleo, hasta el agua de nuestros ríos ya se la vendió al Brasil.
De los ONCE que postulan a la presidencia de nuestro país, han quedado CINCO entre los que tienen más posibilidades. De estos CINCO, sólo UNO ha expresado CON CLARIDAD peruanística, su posición que con suma urgencia necesitamos los peruanos para sentirnos como que somos DEL PERU. Los otros cuatro, se proyectan a seguir «respetando» la inversión extranjera, es decir, seguir rematando nuestros pocos recursos que nos quedan a cambio de más miseria para los que no son empresarios y mucho menos, funcionarios públicos. El 10 de abril, VOTAR POR ESE UNO que aunque no sea santo de nuestra devoción, es el único que se inclina por amar lo nuestro.
Salvo mejor parecer.
Nororientalmente:
EL DIRECTOR.
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