Aunque
muchos medios en Perú tratan de pasarlo por alto, para nosotros, lo que está
sucediendo en la Embajada de Ecuador ubicada en Londres, no dejan de ser dos de
los acontecimientos más espectaculares de los últimos tiempos.
Habría que dosificar nuestra opinión en dos
aspectos: (1): lo que hizo el periodista Jualian Assange y (2).- De lo que se
aprovecha el presidente ecuatoriano para colocar nuevos hitos en la historia de
las relaciones internacionales entre las grandes potencias y los países
nuestros del llamado «tercer mundo» y relanzar su imagen como defensor de la
libertad de prensa.
Jualian Assange, creador de los famosos
WikeLeakes (wikiliks), puso de vuelta y media no sólo a Inglaterra, también
Estados Unidos, penetrando hasta los más recónditos secretos de la Casa Blanca
y del Pentágono, lo mismo con otros países poderosos que no le perdonan, le
inventaron(?) o fue autor de presuntas
violaciones pero no de mujeres menores, si no de, «maduras» y se hizo acreedor
a denuncias y acusaciones con cuyo pretexto quieren ponerlo en la picota y aún
no está libre. Su vida tiene enorme precio. Ante tales denuncias no le quedó
más alternativa que entrar a la clandestinidad y tocar puertas de embajadas,
que como se entenderá, la mayoría no quiso colisionar con los poderosos
perseguidores de Assange, hasta que un milagroso contacto lo puso en las
puertas de la embajada de Ecuador y un criticado y vapuleado presidente Rafael
Correa, satanizado por haber enjuiciado y humillado a los dueños del diario
opositor de la rancia derecha ecuatoriana EL UNIVERSO, ha tenido el coraje,
mejor dicho la oportunidad se le presentó para dejar turulatos, pasmados y
absortos a todos sus criticastros: se la jugó? No lo sabemos, lo cierto es que
(en este punto 2) Rafael Correa, ha vuelto al centro de la atención mundial, la
prensa norteamericana y europea vuelve a lanzar sus poderosos misiles
acusándole de cómo siendo perseguidor y enemigo de la libertad de prensa, se
atreve a proteger a quien utilizó esa libertad para poner en peligro la
estabilidad política y la democracia en los países amos del mundo.
Le captamos una
parte de sus extensas respuestas: «Tengan cuidado, el Reino Unido no sabe con
quién está tratando» (¡ !) Así de macho el presidente del más pequeño de los
países sudamericanos y ¡Vaya sorpresa! Han empezado a cerrar filas con él,
empezando por la UNASUR (Unión
de las Naciones Suramericanas) en su totalidad,
lo mismo los países que conforman el ALBA,(Alianza Bolivariana de los pueblos de América) en lo particular, Evo Morales de Bolivia, Hugo Chávez
de Venezuela, Cristina Fernández de Argentina quien de paso puso de «yapa» su
problema con Las Malvinas y le están saliendo al frente a Inglaterra con todo
su poderío diplomático, a tal punto que al cierre de esta semana, habían
muestras de retroceso del gobierno inglés para no ingresar a la embajada
ecuatoriano, pero la siguen «peleando» para que le extienda salvoconducto y
viaje al país de los pasillos.
Así de
interesante el espectáculo político internacional, que nos motiva una inevitable
reflexión, de cómo los tiempos y los vínculos diplomáticos de los países han
cambiado, si recordamos que hace 68 años Estados Unidos ordenó a los que eran
sus colonias en ese tiempo, aportar miles de soldados o tropas para defender el
Canal de Panamá, otros para llevarlos al frente de batalla en los diversos
lugares de la conflagración con Alemania y aliados (2ª Guerra Mundial) Allí
estuvo el obediente Perú, entre otros con su genuflexión presidente Manuel Prado arrodillado ante sus amos.
Aunque el actual (Ollanta Humala) aún no ha dicho esta boca es mía, excepto
«cumplidos» diplomáticos con su Canciller; lo importante es que, Latinoamérica,
una vez más con este pequeño episodio para defender a un audaz periodista, está
demostrándole a los otrora amos del mundo, que ya no son lo que antes fueron y
que sus sirvientes ya no les guardan la servil reverencia de otros tiempos.
Desde este modestísimo Semanario, nos sumamos a la segunda independencia de
América del Sur. Salvo mejor parecer.
Nororientalmente:
EL DIRECTOR.
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