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viernes, 27 de enero de 2017

MUERTES AWAJUN QUE NADIE CUENTA

 Un equipo de «Ojo-publico»  (prensa digital) recorrió Amazonas, la región de mayor población indígena del Perú con VIH, y recogió los testimonios y los miedos de las comunidades indígenas sobre la epidemia. Durante los últimos cinco años los casos detectados se han incrementado en más del 600%. De 35 casos reportados en el 2011 se pasó a 227 en el 2015. A esta emergencia sanitaria se suma el creciente número de suicidios.
     En los últimos años la epidemia del VIH se ha extendido a la mayoría de comunidades de la región y constituyen hoy una emergencia sanitaria. Los centros de salud ignoran la real dimensión de las muertes asociadas al VIH. Los pacientes no vuelven a consulta y no reciben tratamiento antirretroviral.
  Según la Defensoría, 52 de los 227 casos reportados, corresponden a menores. Casi el 50% del área geográfica de Amazonas es ocupada por pueblos originarios Durante los últimos años la epidemia del VIH se ha extendido a la mayoría de comunidades de la región y constituyen hoy una emergencia sanitaria.      Los centros de salud ignoran la real dimensión de las muertes asociadas al VIH. Los pacientes no vuelven a consulta y no reciben tratamiento antirretroviral.

Muertes silenciadas

   En abril del 2014, cuando ingresó al hospital Loayza, pesaba 33 kilos y su extrema delgadez hacía parecer enorme su estrecha cama del pabellón de emergencia. Su diagnóstico era la expresión de la enorme brecha de acceso al sistema de salud pública: tenía sida, un grado avanzado de tuberculosis y un cuadro de anemia crónica. A su esposo, que la acompañó en el viaje, también le confirmaron la presencia de VIH. Tres semanas después, harta de las pastillas y del idioma castellano que nunca comprendió, la mujer awajún y su marido abandonaron el hospital sin ningún tratamiento antirretroviral, confundidos por los alcances de una enfermedad que hasta ese momento no comprendían, y retornaron a su comunidad para cuidar a sus tres hijos, el último de apenas meses de nacido.
   Hace unas semanas hallamos a sus familiares en una comunidad del río Santiago, una de las cuencas más importantes de la región. Contaron que la mujer y su esposo murieron unos meses después de su regreso de Lima. Los hijos quedaron bajo el cuidado de la familia paterna, en una comunidad del río Cenepa. Del último niño dijeron que “siempre estaba enfermo”.
  Las cifras oficiales no cuentan estas muertes: el fallecimiento de la pareja awajún no forma parte de los números que el Estado tiene sobre la epidemia, solo incrementa ese agujero negro del subregistro de muertes provocadas por la ausencia de un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado de antirretrovirales en la población indígena.
  Solo el cálculo oficial dice que en los últimos 5 años se han identificado 227 casos de VIH y sida en Amazonas, seis veces más de lo reportado el 2011 (35 casos). De ese total, 52 corresponden a mujeres menores de edad. Las comunidades más afectadas se encuentra en los ríos Cenepa y Santiago.

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