El título que identifica al presente comentario, pertenece al inmortal Aristóteles y lo actualizo; por que siempre fue motivo de acontecimientos enormes, diversos y controvertidos.
Sin mucho cavilar podría decir que la ignorancia es para la humanidad como el gen del cáncer, todos lo tenemos en mayor o menor grado y mientras más avanza la ciencia y la tecnología, avanza también la ignorancia, en algunos supina, en otros, superficial o pasajera.
Por la ignorancia crucificaron a Cristo, por la ignorancia los europeos llegaron a la América; por ignorantes los europeos terminaron con todo vestigio cultural y de sabiduría que existió aquí y por ignorantes los latinoamericanos seguimos en el llamado «tercer mundo», nos peleamos por un pedazo de territorio, ponemos ejércitos frente a frente para matarnos entre hermanos.
El último de este concepto, me impactó tremendamente cuando lo escuché en una reunión internacional de Arquéologos en Jaén, hace poco, al referirse a los pueblos de la pre-conquista, que eran una sola nación y las fronteras las pusieron al formarse los estados diríase, modernos, para disputarse mezquinas cuotas de riqueza y poder y ense ñorearse en tierras y naciones usurpadas a sus verdaderos posesionarios. Fuimos una sola nación y no como ahora, con tantas divisiones territoriales.
En la edición anterior nos referimos a este asunto, para hacer ver que los brochazos publicitarios que dan los gobiernos de turno en el sentido de estar «desterrando» el analfabetismo, son totalmente falsos, nulos e inoficiosos; simplemente podemos acudir a un proverbio popular que muchos repiten en paneles y folletos, «si no queremos castigar al adulto, eduquemos al niño». Esto es, si no quieres tener analfabetos o ignorantes adultos, ¿porqué no educar al niño? ¿Pero cómo educan al niño nuestros gobernantes? Hasta necia es la respuesta.
Y saben porqué sucede todo ésto? Porque, siendo la sabiduría UN INSTRUMENTO PODEROSO DE LIBERACION, a ningún opresor político o gobernante le conviene que sus gobernados dejen la ignorancia. Prefieren construir enormes y costosas cárceles, antes que construir escuelas, prefieren pagar miles de policías, alguaciles y vigilantes, antes que pagar buenos maestros para mejorar la calidad educativa. Por eso abunda el delito, por eso, el pandillaje, por eso los drogadictos, por eso los hijos sin papàs, el incremento de la prostitución y los males de trasmisión sexual.
Los gobernantes se olvidan de un precepto cristiano muy sencillo. «sólo la verdad os hará libres». Por lo visto, les agrada seguir gobernando esclavos.
Salvo mejor parecer.
Nororientalmente:
EL DIRECTOR.
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