Hace poco un balazo en el frontis de la discoteca «Pajatén» quitó la vida a una jovencita y esta vez, otra adolescente (de 14) muere en otra discoteca, producto de una trifulca.
¿Tendremos que seguir culpando a las autoridades, al alcalde, al gobierno regional, al gobierno central a la policía a seguridad ciudadana?
Lamentablemente nos enteramos que todos los dedos acusadores y de los medios de prensa locales (menos éste) están disparando sus dardos contra tales autoridades, el blanco más visible y el más fácil para golpearlos como piñatas; pero muy pocos y casi nadie, apunta y acusa a los inmediatos responsables: LOS PADRES Y MADRES DE FAMILIA, que son absueltos de oficio por la opinión colectiva.
Y claro!!!... Resulta fácil quitarse el barro pasándole a otros para seguir limpio; lo que no ocurre en la opinión de ESTE SEMANARIO y en esta su columna vertebral, página editorial, volvemos a pronunciarnos para señalar a los co-rresponsables o co-inculpados en este juicio público.
Siempre veo con no poca incomodidad y lo vengo diciendo desde hace más de 32 años, la forma cómo muchos, hasta me atrevo a asegurar que son LA MAYORIA de padres y madres de familia que, con la más punible e irresponsable costumbre en sus hogares, han perdido totalmente el principio de autoridad. El hijo o la hija desde temprana edad, elige, decide y se impone. El papá o la mamá acepta, mejor dicho, abdica y renuncia a su autoridad, a la sagrada misión que Dios le encomendó. Estoy convencido que los papás o mamás de este tiempo estuvieron sometidos al rigor que le llaman «anticuado», pero por ser tradicional, positivo de sus padres, me refiero a la generación de padres que en estos tiempos ya están en proceso de extinción; pese a ello, están optando por la actitud más fácil «para qué me voy a quemar el hígado con este malcriado (a)? Qué haga lo que quiera»...Suelen decir y los dejan. Desde cuando están en la primaria, mentiras o pretextos sobran para escapar del control familiar, inventan o fabrican «reuniones de trabajo», visitas y paseos, cumpleañitos promovidos también desde la educación inicial por frívolas maestras que ignoran la forma tan eficaz que usan para desvíar a los niños del camino correcto.
Esas fiestas «de promoción» ¿Qué son?... Son la antesala del fracaso anticipado. He sido testigo de cómo jóvenes hacen gastar dinero a sus humildes padres o madres para comprarse terno, zapatos, vestir elegantes para una foto «del recuerdo», una borrachera con sus profesores aquella noche, una encerrada en algún cuarto con algunas borrachas por tan trascendente celebración y los papás y las mamás...Bien gracias. De los profesores y profesoras en las escuelas y colegios ¡NI HABLAR! incluidos están en esta reflexión abierta, tengo pruebas y me consta.
Se imaginan los del colegio «RAMON CASTILLA» de Jaén, realizar UN BINGO en una discoteca? Desde luego que no es el único que hace, también en Bagua Grande, Bagua Chica y en casi todo el país, la brújula moral, o el «GPS» de los educadores y de estas nuevas generaciones, está invirtiéndose aceleradamente. Como simple referencia, yo (y disculpen el exceso) aún pude latiguear a uno de mis hermanos cuando tenía 34 años y a mis hijos cuando tenían 18 ó 20. Cristianamente me apoyo en una referencia bíblica: «La sabiduría empieza con el temor a Jehová» y si un hijo no tiene a quién temer ¿Qué le queda?...He allí el problema y no vengan con lloriqueos ahora.
Salvo mejor parecer.
Nororientalmente:
EL DIRECTOR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario