Siempre apoyándonos en uno de los grandes sabios de la humanidad, en la obra «La República» de Platón hay una frase muy impactante que dice: «entre las peores formas de gobierno, la mejor es la democracia». Cuando recién la leemos, suena contrastante; pero cuando la meditamos y especialmente vemos lo que estamos viviendo en este país llamado del TERCER MUNDO, que ocupa el CUARTO LUGAR MUNDIAL entre los más ignorantes, nos fluye sentimientos encontrados.
Para quienes tenemos el privilegio de asistir a estas lides electorales desde hace más de 5 décadas, con toda certeza, es una de las peores contiendas electorales, ahora con el agregado de las otras formas de publicidad moderna: las redes sociales; pero además el avance en los métodos «científicos» de la publicidad para ser usados por los más sinvergüenzas experimentados candidatos que al negro lo vuelven blanco y al amigo enemigo o al honrado delincuente. Toda una enorme confusión que no hace falta ser adivino para saber los efectos de sus estallidos en los sectores menos informados. A tal punto que a esto que se considera «entre las peores formas de gobierno, la mejor», resulta ahora, una verdadera porquería que anula toda buena intención cívica y convierte a ciudadanos pensantes, en renegados de un sistema asfixiante y pestilente. Ya no sabemos quién es quién y ni por quién votar el próximo 10 de abril.
Nororientalmente:
EL DIRECTOR.
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