Una extensa entrevista con la señora Notario Público Mónica Ruiz Castillo respecto a la querella frustrada, trunca o desistida con el exalcalde Gilmer Fernández, nos puso en medio de un terreno muy pantanoso con un cielo lleno de nubarrones que dificultan vislumbrar lo que realmente sucedió el día 14 de octubre que dejaron plantados a los testigos por decisión de su abogado CARLOS DIEGO MERA RAFAEL.A las pocas horas, las especulaciones de un posible arreglo bajo la mesa entre el querellado y la querellante nos ocasionó muchas dudas y no pocas elucubraciones que empeoraron mucho más, después de lo que conversamos con la referida Notario Público. Cuyo resumen es:
-Responsabilizó a su primer abogado el Dr. Tomás Roncales, acusándolo de ser «muy allegado» al querellado; que dilató la demanda; que no quiso firmarla y se lo trasladó al Dr. Klever Vargas Ruiz; que, estando muy avanzados los plazos y cerca a prescribir (un año y un mes), se vio obligada a contratar los servicios del abogado Mera Rafael, quien, un día antes se reunió con los abogados Roncales y Vargas y también con los tres testigos que deberían declarar al día siguiente. Dicho abogado, no prestó mucha atención a los argumentos de sus colegas ni de los testigos y dejó sentada su duda por los resultados de tal demanda, alegando que carecía de pruebas contundentes. Al día siguiente en la puerta del Juzgado, llegó apresurado para indicar que «no se presentaría» y tampoco los testigos, lo dijo tan rápido, sin mayores argumentos que iba a efectuar otra demanda, «más completa» enlodando a sus colegas, como que no supieron plantearla, dejando un inexplicable vacío. Transcurridos los días y tras las diversas especulaciones que ruedan en círculos determinados de la opinión pública jaenés, nos vimos obligados a abordar a la querellante. Tal como mencionamos. Nos habló de sus gastos en el juicio, del tiempo que se pierde, que el querellado es una persona «muy poderosa e influyente con los jueces, que se está preparando para volver a candidatear, etc.»; que no le interesa el monto de lo que pidió por la reparación civil (Un Millón de soles), que prefiere su tranquilidad. Que, contrastado lo que dijo con el aludido Dr. Tomás Roncales, éste mostró su total extrañeza, desconcierto y rechazo a lo referido a su persona. Etc. Pero la comidilla que rueda es de un posible arreglazo en el que podría haber influido su abogado Mera Rafaél. ¿....?
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