«PRIVATIZAR» es una opción y una alterenativa de corte neoliberal, puesta en moda en la dictadura fujimorista, que no dudamos de sus resultados que pueden ser positivos o negativos, dependiendo de quién, cómo y para qué se tenga que acudir a tales alternativas.
En nuestro país, más del 60% del aparato productivo está privatizado: los puertos, las empresas navieras, los aeropuertos, los ferrocarriles, las carreteras, un poco más y se privatizan las cárceles y los hospitales o las iglesias. Etc.
Entonces ¿porqué no institucionalizar la privatización de nuestras fiestas patronales? No solamente la del Señor de Huamantanga, si no, todas, teniendo en cuenta el ahorro de esfuerzos que impide la burocratización; pues si nos atenemos a que lo organice la comuna, ya podemos imaginar las comisiones, los avivatos o avivatas con resultados negativos, conforme a las experiencias vividas.
El problema en la actual subasta de nuestra feria está en sus bases que no son muy específicas. De frente se la ha puesto precio de 500 mil; pero no se deslinda o detalla hasta dónde el postor o ganador puede actuar. Jaén, bordea los 200 mil habitantes sin tener en cuenta que para esos días la confluencia es de las provincias aledañas. No solamente el atractivo es el CAMPO FERIAL como se incide en las bases. Hay cabos sueltos en las actividades de la feria que deberían incluirse por añadidura y no solamente ponerle precio de medio millón, si no, algo más. Claro que hay un sector del catolicismo que se muestra descontento por lo que llaman «negocio» que se pretende hacer con la fé cristiana; pero si tenemos en cuenta que precisamente de esta fé católica suelen obte nerse pingües ganancias, entonces nuestro gobierno no habría destinado la suma de SEIS MILLONES DE DÓLARES para la visita del Papa y es que esa cifra se multiplicará, teniendo en cuenta el fervor de nuestros católicos.
Idem se hace, no solamente en Jaén.
Por tanto, se debe hacer algunos reajustes en las bases y propuestas, extendiendo la convocatoria a nivel nacional, sólo que ya no queda tiempo.
Nororientalmente: EL DIRECTOR.
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