Para ser gobernante, no se requiere de estudios especializados, maestrías ni doctorados.
Al electo alcalde Francisco Delgado Rivera le espera uno de los más difíciles retos para no defraudar a la gran mayoría de jaenses que le depositaron su confianza.
Afrontar principalmente MALES CRÓNICOS, es decir los que se sobrepusieron al tiempo y los alcaldes no lo pudieron superar. Los creados en los últimos tiempos y los que aparecerán en los primeros cien días de su administración.
Respecto a lo primero, hasta hoy ningún alcalde puso en marcha un plan eficaz, sólido para ORDENAR la casa, es decir, la telaraña burocrática administrativa, que con el paso de los años está en completa putrefacción, tenemos pruebas de cómo en algunas unidades, funcionarios inescrupulosos ganan más de los cachuelos que de la función en la que se desempeñan. Es gravísimo. Esto incluye robos en múltiples formas que doblegan al usuario y se vuelve cómplice.
En segundo lugar, una reestructuración total en la sectorización para la recolección de residuos sólidos que si se pudiera imitar a la ciudad de Loja. Todo el recojo es NOCTURNO. Otro aspecto que merece atención prioritaria es el reordenamiento de los mercados o centros de abastos que debería ir de la mano con el reordenamiento del tránsito vehicular (mototaxis a discreción) convertido en un caos que se empeora con la negativa costumbre de usar las calles para velatorios, como si Jaén fuera una aldea. Todo esto, debe pasar primero por una verdadera evaluación de viejos funcionarios que han convertido a sus oficinas en santuarios algunos, otros, en propiedad privada, poco les falta que coloquen sus camas, y la supresión de personal auxiliar que hasta sirven de estorbo entre ellos mismos.
La tarea no será nada fácil; pero tampoco imposible, más aún con el anuncio que «todo será de conocimiento con el pueblo», podríamos empezar a soñar con una verdadera gestión primaveral.
Nororientalmente...
EL DIRECTOR.
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