El presidente de la Organización de Desarrollo de las Comunidades Fronterizas del Cenepa – ODECOFROC, Zebelio Kayap, envió una carta al diario La República y aclaró que la empresa minera Afrodita no mantiene ninguna relación amigable con las comunidades indígenas awajún y wampis, sino, todo lo contrario, los pueblos luchan a diario para que las industrias extractivas no contaminen sus vidas.
El líder indígena precisó que no es la primera vez que el gerente de la minera, Jorge Bedoya, intenta asustar con el tema de la minería informal en la frontera, pues ya en el pasado lo ha realizado para obstaculizar la creación del Parque Nacional Ichigkat Muja y que finalmente logró que fuera recortado a favor de sus intereses. “La minera Afrodita, la cara peruana de la canadiense Dorato hasta que se otorgue autorización a la empresa extranjera para trabajar dentro de los 50 kilómetros de la frontera, tuvo una autorización para llevar adelante exploración en el área. Pero debió haber suspendido sus actividades toda vez que Osinergmin observó que carecía de acuerdos legales para uso de servidumbres.
Para las comunidades del Cenepa la actividad minera, formal o informal, en la Cordillera del Cóndor representa una amenaza al futuro de nuestra vida. Tanto la Defensoría del Pueblo, como diversas entidades internacionales han reconocido la existencia del conflicto con la empresa Afrodita e incluso, el carácter emblemático de ese conflicto que la empresa dice inexistente”, concluyó.
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