En la edición anterior, se hizo un comentario sobre lo que bien podría aparecer como redundancia, es decir, hablar más de lo mismo.
Consideré necesario referirnos al desprecio por la Mujer en la celebración de su Día Internacional. El domingo 06, a primeras horas, la cruda realidad nos golpeaba en la cara al ver que en la ceremonia oficial de Izamiento de nuestro Pabellón Nacional en la Plaza Mayor de JAÉN, ninguna autoridad de las llamas oficiales le daba solemnidad con su asistencia a este Día, excepto, el Director de la Ugel, que con su plana mayor asistieron devotamente.
A nivel nacional, escuchar a discurseros y discurseras, hablar de revaloración de la mujer, de los maltratos, de los asesinatos, de las golpizas, inclusive, ya tenemos mujeres «heroínas» por haber aguantado brutales palizas de sus maridos, etc., tremendos «rollos» como para hipnotizar culebras y hacer llorar más que en un velorio de la sierra plañideras incluídas. El espíritu se enerva y el alma se calienta al rescoldo de tanta blasfemia, empezando por un payaso que dejó en el más grande ridículo a su esposa, primera Dama de la Nación presentando a su hijo extramatrimonial, secundado por la hija de otro, que torturó y encerró con cadenas en las puertas de su habitación en Palacio a su esposa, a otra ex-primera dama y seguramente otros entre los que negaron la paternidad a sus hijos como el Dr. Toledo Manrique o el congresista Edgar Núñez, entre tantos del panorama nacional, para llegar a esta parte del país, donde nuestros gobernantes locales, siguen casi el mismo pésimo ejemplo de los otros a los que el cargo les ayuda a camuflarse y pasar como buenos esposos, aunque nunca se exhiban con sus parejas, pero sí con sus secretarias, como el descarado ex-gobernante regional de Amazonas Oscar Altamirano Quispe ... En fin, cada quien es dueño de sus propias desvergüenzas.
Nos interesa por esta vez, poner el dedo en la llaga podrida de esta hipócrita sociedad, a cuyos líderes o gobernantes ACUSAMOS como los únicos responsables de todas las desgracias por las que pasan quienes en este día y este mes son objeto de burlones agasajos. Cuando desde la llegada de los europeos en Perú y desde épocas medievales en el mundo, las pusieron en el estercolero de la sociedad, como esclavas, como objetos de uso sexual por las noches, con los patrones o con los jefes militares, sin lugar a reclamos, con hijos sin apellidos, de los que SUS DESCENDIENTES son los que ahora llenan las cárceles con los mismos modales salvajes contra las mujeres. Descendientes que fueron abandonados a su suerte, sin apellidos, sin padres reconocidos, sin techo y sin asistencia moral y material ¿Qué podemos reclamarles? ¿Acaso con un pálido homenaje vamos a rescatar 500 años de margina ción?. Es indispensable recordar otra vez la gran lección del legislador ateniense Licurgo, cuando puso a un perro y una liebre sin amaestrar, el perro se comió a la liebre; en el segundo acto puso un perro y una liebre amaestrados y ambos se pusieron a jugar ¿Esto es lo que no pudieron hacer quienes ahora se rasgan las vestiduras y se golpena el pecho discurseando como lo hicieron sus antepasados, aquellos que le negaron el derecho a instruirse a las mujeres, que recién el año 1955 en Perú, les concedieron el derecho a ejercer su voto para elegir a sus gobernantes. Esos, de cuyas fornicaciones salieron tantos hijos «sin papá» y ahora intentan recuperar el tiempo perdido que ha de ser muy difícil lo consigan mientras prevalezca el machismo ignaro entre los que dirigen los destinos de nuestros pueblos, la Mujer seguirá siendo el objeto de siempre, para vender, para saciar lívidos, pero menos para ubicarla en el verdadero lugar que hace muchos siglos le quitaron.
Salvo mejor parecer.
Nororientalmente:
EL DIRECTOR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario