En estas páginas destacamos la
valentía e hidalguía del Arquitecto jaenés
Enrique Lazo Ramos, a quien le bastaron pocos días en el cargo de
GERENTE de la Beneficencia Pública, para
que se percate de la podredumbre
administrativa enquistada en esa institución.
Su RENUNCIA
Y DENUNCIA, estremeció a la opinión pública; pero mucho más al presidente
del Directorio Médico Julio Buleje Calle, quien, lejos de interesarse por
investigar las denuncias del gerente renunciante, enfiló duras críticas contra
el joven profesional, acusándolo de «inexperto», «inepto», etc.
Tales
denuncias dieron lugar a la formación de una comisión investigadora de
regidores, cuyos resultados aún no surten los efectos esperados. Sin embargo,
ante las evidentes constataciones que se han efectuado, las que confirman las
denuncias que hizo el exgerente, el miércoles último, el presidente del
Directorio Buleje Calle, presentó su renuncia al cargo, junto con él dos
miembros más del directorio; pero dos días antes lo hizo, la funcionaria
que fue el centro de las denuncias, Lic. Jhesica Terán Huamán.
Para que
quede claro y una vez más quede limpia la imagen del profesional que destapó la
podredumbre, volvemos a colocar aquí, parte de las escandalosas inmoralidades
que se cometieron al amparo del ahora renunciante Julio Buleje. Conforme al
texto de su carta notarial de la denuncia y renuncia, KIKE LAZO, puso al descubierto, lo siguiente: «Adquisiciones irregulares, ( sin licitación) de alimentos,
hacia un proveedor (...) representada por la señora Huayama Rinza Ytiara Noely.
FRACCIONAMIENTOS DE PAGO, compras totalmente avaladas por la alta dirección (Buleje)
en coordinación con la dirección de
Programas Sociales (la susodicha); FAVORITISMOS en puestos de
trabajo, sin ningún criterio. Que la señora Jhesica Terán Huamán «hacía y
deshacía» con el aval de Buleje y no daba cuenta a nadie de sus actos. Etc.
En
declaraciones a este semanario, se ratificó en su carta de renuncia y denuncia
y agregó que todo eso lo hizo conocer al presidente del directorio y nada hizo;
pero expuso otra gravísima denuncia en el sentido que EL DIRECTORIO SE
REUNÍA informalmente, no suscribían ninguna acta.
Estas, entre otras de las gravísimas denuncias
efectuadas, el ahora renunciante presidente del Directorio, quiso taparlas con
bravuconadas.
Trascendió que se habría pretendido fraguar
actas que no se hicieron en las reuniones, motivando la renuncia de dos
integrantes del Directorio, todo lo cual, pinta al médico de marras en una
faceta poco conocida, al mezclarse en
actos de corrupción, los mismos que deben ser judicializados.
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