Ulises Gamonal Guevara
A petición
de amigos que piden mi opinión sobre la
crisis en la Beneficencia Pública de Jaén, brindo mis opiniones que pueden ser
tomadas en cuenta o no, lo importante es ser preciso para un momento preciso.
La
Beneficencia Pública de Jaén, es una de las instituciones más antiguas de la
provincia, he tenido el privilegio de leer documentos de dicha institución de
los años 1880, durante su trayectoria siempre tuvo un fin social y fue
RECONOCIDA COMO BENEFICENCIA, es decir institución filantrópica en pro de los
más olvidados, por allí desfilaron dirigiéndolo notables personajes de esta
provincia, con el devenir de los años fue constituyéndose cada vez más es una
organización de profundo servicio social, por ello el Estado fue contribuyendo
para el cumplimiento de sus objetivos: EL SERVICIO SOCIAL; en los últimos años
ha pasado a pertenecer al Ministerio de la Mujer y últimamente su
administración ha sido derivada a la municipalidad provincial.
En los
últimos años por la complejidad de los servicios sociales que brinda se ha
incrementado con recursos humanos y económicos, siempre ha sido administrada
por un Directorio, al presidente lo elige la Municipalidad y los otros son
representantes de organizaciones públicas varias.
En los últimos años con la crisis del gobierno
municipal, cuando vacaron al Ing. Gilmer Fernández, provisionalmente ingresó el
señor Edwin Llique y últimamente el alcalde Walter Prieto, la administración de
la Beneficencia Pública, se ha convertido en una olla de grillos, según las
denuncias públicas existen serios indicios de corrupción, producto de ello ha
renunciado el Presidente del Directorio, administrador y otras personalidades
de la Dirección.
Ante ello propongo con las facultades que le
competen al Alcalde Provincial, debe nombrar un PRESIDENTE CON LA
DISPONIBILIDAD DE TIEMPO PARA DEDICARSE A LA CONDUCCIÓN DE LA BENEFICENCIA, QUE
POSEA ATRIBUTOS MORALES Y GERENCIALES, Y SE LE CONCEDA LAS FACULTADES para
conducir la barca en momentos de crisis. El Presidente del Directorio como
máxima autoridad ejecutiva de la Beneficencia, debe contratar un Contador
Público Colegiado de primer nivel para el manejo de la parte contable y de
hecho contar con los servicios de un Administrador de experiencia para
planificar y controlar el caos reinante.
La Unidad de Gestión Educativa Local pocos años
atrás atravesó una crisis de gobernabilidad y malos
manejos, en época del gobierno Regional del economista Jesús Coronel, quien
tomó al toro por las astas, encargó la dirección a un equipo de especialistas
de alto nivel y con facultades plenipotenciarias y se produjo un notable avance
que perdura hasta la actualidad, no existe otro camino, con una firme decisión
política del Alcalde y el aval técnico, la Beneficencia podría volver a asumir
ese inmenso papel de una organización social de servicio a los más olvidados y
no de beneficio para gente inescrupulosa.
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