«Espero que con ésto, quede claro, lo que afirmé en la edición anterior».
Así empieza declarando la señora María Flor Pérez Díaz, en su defensa por las acusaciones que ha sido objeto por parte de los regidores Wincler Delgado Monteza y Jairo Vargas, quienes al responder su carta notarial que les envió para que se rectifiquen de las acusaciones que le hicieron respecto a la venta de cemento con sobreprecio, según ellos, dicha carta fue respondida, según la agraviada, dando muestras de la más insólita y sorprendente extrañeza, cuyo texto en su parte pertinente los pinta de cuerpo entero como verdaderos cínicos y farsantes. Vea Ud. lo que dicen al responderme, conforme a la fotocopia que adjunto: «..que nosotros no vamos a permitir que los funcionarios municipales omitiendo cumplir sus funciones adquieran productos caros ...Dejamos claro que solamente estamos cumpliendo con nuestra función de fiscalización...».Lo que me obliga recordarles a estos fiscaliza dores de ahora, corruptos de ayer, el porqué no hicieron lo mismo con su anterior alcalde Gilmer Fernández o Edwin Llique, conforme a una de las tantas pruebas que exhibo, durante dichas gestiones se adquirió cemento del mismo tipo y características, fecha marzo del 2014, no por 25 soles, si no POR VEINTIOCHO SOLES CINCUENTA, conforme a la factura cancelada por la Municipalidad, cuya razón social, pertenece a uno de los allegados de su exal calde.
Por lo que resulta muy extraño que estos moralizadores, recién se den cuenta que «están cumpliendo su función de fiscalización» ¿Y con el alcalde anterior? ¿Por qué no fiscalizaron? ¿Fue por eso que lo botaron por corrupto? y con esa moral torcida fingen ahora de fiscalizadores?
Conózcanlos bien y no se dejen sorprender por estos embusteros, que como se sabe, uno de estos está procesado judicialmente por adulterar facturas y robarle al pueblo en gastos que no hizo.
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