El sagrado mandamiento contenido en el libro de EXODO Cap. XX de la Biblia está pintado para muchos cristianos.Esto, partiendo desde el origen de su significado, porque «HONRAR PADRE Y MADRE», no solamente se refiere a nuestros progenitores específicamente; pues va más allá de esta concepción, si tenemos en cuenta que nuestras madres se reflejan en cada una de las mujeres; golpearlas con crueldad, ubica a los golpeadores más allá de las épocas cavernícolas; pero mucho más cavernícolas resultan los JUECES o MAGISTRADOS que al momento de juzgar a estos criminales, resultan absolviéndolos o sancionándolos con penas blandas como para que vuelvan a reincidir.
Nos referimos a los casos que ocurrieron en Lima, Chiclayo y Ayacucho, entre los más emblemáticos que suceden en todo el país. Pues de acuerdo con el Ministerio de la Mujer, en menos de 5 meses en Lima se han presentado 5,944 casos de violencia familiar. Esto solamente en Lima, Jaén, Bagua y otras ciudades de esta parte del país no son las excepciones. El problema es gravísimo y es DE NUNCA ACABAR, no solamente involucra a personas de bajos estratos sociales, es casi en todos los planos de la sociedad. Podríamos afirmar que es la única costumbre o hábito que la milenaria cultura no ha podido desterrar en los hombres (no todos), quienes siguen viendo a la mujer como un objeto de uso personal. Que si la justicia se propondría encarcelarlos, faltarían los centros penitenciarios. Pues VI
OLENCIA no solamente implica golpearlas; también lesionarlas psíquicamente con tratos humillantes. En mis visitas a comunidades nativas, ví cómo la mujer delante del marido, te sirve sin mirarte a la cara; por el enorme temor que sienten.
¿Cuándo se corregirá esta lacra vergonzosa?
Salvo mejor parecer...
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