Semanario ¡Nor Oriente!. Los únicos de la Región. ¨Por la Verdad, con la Verdad, hasta la Eternidad¨

lunes, 19 de septiembre de 2011

Por lo que el pueblo votó

Es la primera vez en nuestra historia Republicana que un gobierno pone como etiqueta de sus acciones, un desafío directo a los que tanto daño causan a la nación: METER PRESOS A LOS CORRUP TOS.
Desafío que no será fácil cumplir, puesto que, si de CORRUPTOS hablamos en nuestro país y queremos meterlos presos, no alcanzarían todas las cárceles habidas y por haber.
A la corrupción lo han definido de muchas formas; la que sea, y desde esta tribuna no necesitamos acudir al diccionario para entender que, todo aquel que, estando frente a un cargo público, privado o comunal, desde el momento mismo que esconde, camufla, varía o tuerce un acto de su misión o funciones, ya es corrupto. A estos, muchas veces nuestra legislación no los «capta», no los percibe, o los pasa por alto, en la evaluación o calificación, peor aún si se trata de dinero, interviene la «mayor» o «menor cuantía» y no dicen que ha robado si no que ha cometido «peculado». Lo que, definitivamente NO DEBE SER ASÍ.
El célebre humorista peruano Luis Felipe Engels «Sofocleto», harto de ver y saber de tanta podredumbre en nuestro país, llegó a la siguiente conclusión: «ser honrado en el Perú, es un estorbo».
Para combatir este flagelo, que algunos lo comparan como una epidemia que «contagia», no se necesita hacer apologías, analíticos estudios, estadísticas ni más investigaciones, para entrarle al lleno y cortar de la raíz a este mal canceroso no solamente en Perú.
Combatirlo, no debe implicar solamente medidas represivas y disuasivas; lo importante ha de ser instaurar, encarrilar, proyectar y poner en práctica TOTAL, una conducta nacional anticorruptiva, una actitud de permanente vigilia y recíproca fiscalización que empiece en los hogares y vaya más allá de los claustros universitarios; que se inicie en la más última repartición estatal y termine más allá de Palacio de Gobierno.
Esto fue lo que nunca hubo en nuestro país y se dejó libre la ancha vía del perro muerto, la viveza criolla; como la que hace nuestro alcalde GILMER ANANIAS, no roba; PERO utiliza los recursos del pueblo para su beneficio propio. Ante la justicia, es honrado y hasta puede ser premiado por sus «obras»; pero ante la recta razón y el correcto entendimiento, lo que está haciendo, son actos deshonestos, inmorales, que lesionan profundamente la imagen y la moral de un pueblo; pero dejemos descansar a nuestro alcalde por esta vez.
El desafío al que se enfrenta el actual gobernante peruano, ha de necesitar de toda la más amplia participación del pueblo en todas sus esferas y niveles, algo así como cuando se toca la trompeta que anuncia la guerra, o como en nuestros pueblos amazónicos el tuntuip (o los tambores) que son señal que debemos enfrentarnos al más peligroso enemigo y en este batallar, en esta guerra, precisamente han de encontrar ALIADOS FIRMES, como en este caso, los medios de comunicación masiva (prensa); pero aquellos que no estén manchados por la genuflexión o la sumisión a los corruptos, aquellos que no le tengan miedo a una carta aclaratoria y mucho menos a una citación judicial; porque han de estar amparados en la verdad y la razón.
Sin estos aliados, seguirán figurando los delincuentes como inocentes y los inocentes como delincuentes; porque el dinero todo lo puede, todo lo vence.
Cruda realidad; de la que no debemos huir.
Salvo mejor parecer.
Nororientalmente:

EL DIRECTOR.

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