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martes, 23 de enero de 2018

EL PAPA Y EL MEDIO AMBIENTE

    Precisamente su inquietud por la conservación del medio ambiente, muy relevante en cada una de sus prédicas y recorridos, ha motivado visitar Puerto Maldonado, lugar donde hierve la descomposición ambiental y también la otra.
  Dudamos mucho que los mineros ilegales que son los que en la práctica gobiernan esos pueblos, sean tan católicos como para hacerle caso a lo que les diga el Papa.
  Lo cierto es que, si la iglesia católica tiene una deuda para resarcir los numerosos casos de abusos sexuales; también tiene mucho, respecto al medio ambiente y los pueblos originarios de nuestra amazonía.
   Pobladores indígenas de Condorcanqui, no se han mostrado tan entusiastas con dicha visita; excepto el ex dirigente Santiago Manuin Valera que fue apoyado en sus estudios por los párrocos de Nieva, de modo que  en su mayoría  no son tan católicos como en otros lugares y segundo;  porque aún quedan algunas brechas para restañar, especialmente en cuanto a depredación del medio ambiente.
  La fotografía que mostramos, no es una simple referencia, va más allá,  si hablamos de lo que se hizo por parte de los sacerdotes católicos hasta la decada de los 80.
   La iglesia con su párroco de Nieva el  casi mítico «PADRE PANCHO»,  habían instalado un enorme aserradero al otro lado del río, frente al pueblo de Nieva. El autor de la presente  visitó esos lugares entre julio y agosto del año 1975. Las enormes trozas de madera de la mejor variedad, cedro, tornillo, moena, entre otras, bajaban por el río  y con garfios hidráulicos eran subidos para ser convertidos en madera, que en ese tiempo se pudo calcular para un mes de carguío en varios botes hacia el Puerto de Imacita; es decir la cantidad de tabla res era incalculable en los enormes almacenes de dicho aserradero.
  Pero aquello sería lo menos, nos llamó la atención la forma de «pago» que empleaba el «PADRE PANCHO»:
-Eran cambiadas (trueque), por ropa y qué ropa; por ollas y qué ollas y si el cargamento maderable era más abultado, se les cambiaba por una escopeta o por una caja de municiones (YO VI ESE TRUQUE Y ME PARECIO INDIGNANTE POR ABUSIVO); pero no solamente el PADRE PANCHO «negociaba» con los indígenas con las trozas de madera, también con oro y todo al canje.  Unos años después, a raíz de las críticas  que se les hizo desde estas páginas, cuando fue alcalde de Condorcanqui el Prof. Otavio Shakaime Wawa, le entregaron el aserradero a la Municipalidad en calidad de  «donación». Estaba destartalado; pero aún quedan algunos restos.

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