Cosas y casos que solamente en democracias po dridas como la nuestra se ven.
Imagínense, desde el congreso de la República (cuando no) le dieron forma legal a un singular negocio: organizar partidos políticos, seleccionados a gusto y medida de los dueños, para que solamente éstos, puedan participar en procesos electorales a nivel nacional, suprimiendo para ello a los «ambulantes» «informales» que eran hasta hace poco los llamados movimientos regionales; con numerosos pretextos, las cédulas electorales quedaron simplificadas a unas cuantas agrupaciones políticas, por lo que todos los que participan en las elecciones tienen que alinearse con los dueños de esos partidos, muy conocidos desde luego y es con esos partidos que ya empezaron a promover sus campañas.
Desde luego, el apodo que le pusieron para quedarse unos cuantos, fue la famosa «valla» electoral respecto a un determinado porcentaje que como se denunció oportunamente, se hizo a la medida del partido aprista que en ese entonces pudo quedar fuera; pero hecha la ley, hecha la trampa y aquí estamos, con candidatos distritales o provinciales que forzadamente tienen que alinearse con los que pasaron la «valla» electoral. Situación que solamente en países como el nuestro se ven, lo que sigue ubicándonos entre los más atrasados y menos democráticos, por mucho que quieran maquillar esta descomposición.
Abiertamente se recorta derechos fundamentales a la ciduadanía con el agravante que están OBLIGADOS a concurrir a las ánforas para someterse a estas imposturas, bajo pena de ser sancionados ¿Se imaginan tremenda degradación en pleno siglo XXI.
Pero si solamente fuera este negocio «en democracia», nos quedaríamos tranquilos, el problema mucho más grave es que los «dueños» de los partidos políticos, como todo empresario, no se quedan con lo que consiguieron, si no que intensifican arremetidas para cerrar toda posibilidad a otros y sigan siendo los únicos para eventos posteriores. Allí están pataleando los novatos Julio Guzmán y Verónica Mendoza y pensar que a esto se le llama democracia...
Salvo mejor parecer...
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