Lo que tenemos ahora en
materia de enseñanza universitaria, es el resultado de la petardeada que le dio el fujimorismo a la educación, esto
para no perder de vista la sucesión de nuestras desgracias en este sector.
Recuérdese que a partir del 2000, empezó el
negocio con la educación, pues se dieron autorizaciones a diestra y siniestra
para el funcionamiento de escuelas, colegios, institutos y universidades
particulares, a todos nos consta de cómo surgieron los mercaderes de la
educación y empezaron a vender certificados, los unos, títulos los otros,
concretamente en el caso de la Universidad «Alas Peruanas», le dieron el grado
de «doctor» a un cercano familiar del dueño (es decir del que aparece como
tal), cuando apenas tuvo quinto año de media; pero eso es nada, cuántos
magistrados recibieron sus títulos de maestrías, doctorados y hasta pasajes al
extranjero, como el caso tan publicitado del actual presidente del JNE, cuando
se desempeñaba como presidente del Poder Judicial.
Casos de gran resonancia marcan la evidencia
del desempeño poco idóneo y muy discutible éticamente sobre la performance de
estas universidades, como la otra «LOS ANGELES» de Chimbote que vendió títulos
al por mayor y uno de esos falsos profesionales (abogado) labora en BAGUA
GRANDE, por ejemplo.
Aquí, CONAFU y la ANR siempre fueron
convidados de piedra y nada hicieron ni hacen para corregir estas groseras
anormalidades.
Y lógico, con una educación torcida,
deficiente y pésima desde los primeros grados, resultó que ahora, tenemos un
estamento más en los estudios para postular a una universidad. LAS ACADEMIAS,
el otro GRAN NEGOCIO creado por el fujimorismo y como lo que no se pudo
aprender en cinco ni diez años, mucho menos se podría hacer en tres o seis
meses que duran los períodos de las «PRE» y allí tenemos a los batallones de
profesionales como taxistas, como ambulantes, como cualquier cosa, menos
ejerciendo sus carreras para las que se formaron.
Encima de todas estas desgracias, nuestro presidente
Ollanta Humala, muy orondo ha sacado la cabeza por la ventana, para despotricar
y tildar al producto que nos dejó el fujimorismo, sin que nada se haga en el
Congreso para romper la muralla del miserable presupuesto que le asignan a este
sector, que, según la Constitución Política debería ser el 06%, pero que en la
práctica, no llega ni al 3% del presupuesto nacional de la República,
profesores con sueldos míseros, infraestructuras educativas que esperan
refacción o reconstrucciones, etc., recién hay intentos de implementarlos
acorde con la modernización, pero sin un plan nacional coherente.
De modo que, nuestros gobernantes, lejos de
tirar piedras al fango que ya está hecho, debería empezarse por una
reformulación TOTAL, no solamente de las universidades DE MEDIO PELO, si no, de
todo el sistema educativo, principalmente EL COMERCIAL o privado.
El domingo último un reportaje de «Panorama»,
mostró parte del total abandono en el que están las universidades privadas y
esto fue sólo en Iquitos, pues este abandono y mercantilismo está en todo el
país.
Como una forma directa de extorsión y estafa
a los jóvenes que pagan caro sus mensualidades
y tienen profesores improvisados y además pésimamente pagados, tal como
se escuchó protestar recientemente a los estudiantes de la UDCH de Jaén.
Desde estas páginas, tenemos que aplaudir el
intento que están haciendo desde el Congreso para reformular una nueva
estructura del sistema universitario peruano, que es como si le estuvieran
tocando la cola a la serpiente apocalíptica de siete cabezas, porque de estas
universidades como la SAN MARTIN DE PORRES, la
UAP, UCV, entre otras, sirven de caja chica para colocar a sus
defensores en el Congreso y consolidar sus posiciones corruptas traficando con
la educación generando cada vez, más jóvenes frustrados que pagaron tanto para
tener un título que de nada les sirve.
Salvo mejor parecer.
Nororientalmente:
EL
DIRECTOR.
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